Dos personas se gustan, se eligen y empiezan una relación. Dos historias se unen, con sus complejidades o simplicidades, vivencias que ambos hasta ese momento desconocen.
De ahí en más, todo puede pasar entre ellos. Crear un vínculo amoroso que los haga felices (lo ideal, claro), o el comienzo de una relación que llegará hasta un límite, en donde no habrá más allá de eso.
Pero ¿qué pasa cuando llegado cierto momento es uno de dos, quien se niega a aceptar los riesgos de un compromiso? Los terapeutas aconsejan no intentar reformar al otro o convencerlo de las bondades del amor duradero ya que es factible que a corto o largo plazo, esa persona tienda a volver a ese lugar conocido: el de novio/a fugitivo/a.
Hay quienes, tras mucho intentar, no consiguen satisfacer ese deseo, el suyo, con persona amada, transformándose en una situación de juego "gato y ratón" que frustra al felino y espanta, aún más, al roedor. Y es ahí cuando ciertas veces el amor se transforma en capricho. "El problema resulta cuando el 50% de la pareja quiere un compromiso y la otra parte no. Es decir, mientras que para uno el displacer es intolerable ante esta situación, el otro está bien así y no tiene la necesidad de modificar absolutamente nada", explica la Psicóloga Silvina Sánchez.
Entonces, ¿qué hacer cuando los objetivos no son comunes? ¿Pasamos a otra cosa o seguimos intentando? Parece fácil la respuesta, pero no lo es. Cuando una persona ama y quiere algo para su vida con ese otro a quien eligió, posiblemente cueste mucho dar un paso al costado por creer que en algún momento va a llegar a "convencerlo" y lograr el compromiso.
Entonces, vemos como pasan años de su vida intentando, gastando tiempo y energía en pedirle al otro lo que no se debe reclamar en el amor, justamente: amor. Si alguien quiere una relación más profunda y el otro responde "a mi no me gusta el compromiso", debe aceptar que no es ese el lugar en donde quiere estar.
¿Cuándo es posible logar una relación estable? "Lo será cuando ambos sepan que la estabilidad en una relación no es sinónimo de aburrimiento y adormecimiento, sino de proyectos en común y sueños compartidos", opina la psicóloga y concluye en que "puede lograrse cuando ambos sientan esa necesidad genuina de descansar en el otro y los dos tengan el mismo objetivo: construir un camino en común".
Contános tu opinión: ¿te cuesta encontrar un amor duradero?