Sí, ¡cómo no! Si salieron al mercado calendarios de perros divididos por razas para los amantes de los canes, calendarios de felinos para los consumidores de gatos -con dos y cuatro patas- de aviones para los fanáticos de la aviación, de bomberos para apagar o "avivar" los incendios, y de todos los tópicos que te puedas imaginar, ¿por qué no iban a hacer un calendario de excrementos?
Ante la pregunta de a quién se le puede regalar un calendario así, la respuesta es muy sencilla. A la gente que a uno le remite ese regalito marrón. Muchos jefes probablemente encabezarían el primer puesto. Podrían secundarlos los novios o novias infieles, las personas alcahuetas, chupa medias, las mentirosas, interesadas, las falsas, las cobardes... la lista puede ser muy extensa.
A cada uno ya se le habrán cruzado por la cabeza algunas caras, y hasta se habrá imaginado mentalmente el momento en que alguno de ellos recibe en un sobre anónimo el regalito. ¿El precio? 41 pesos. A lo mejor, si varios coinciden en una misma persona, pueden hacer hasta una colecta general, por ejemplo, por ejemplo, en los trabajos, y los gastos por el "obsequio" van a ser ínfimos. ¿No es mala idea no?