Reconocido como uno de los actores más importantes de su generación, Leonardo Sbaraglia (44) tiene un nuevo mérito en su carrera. Protagonista de una de las historias más comentadas que forman parte de , el actor vive con gran expectativa la nominación del filme creado por Damián Szifrón como mejor película extranjera para los premios Oscar 2015.
En un alto en las grabaciones de su próxima película (No te olvides de mí), el actor reflexiona sobre la oportunidades de la peli, cómo se prepara para la entrega, e incluso se anima a contar detalles sobre su vida familiar y cómo despunta su afición por la fotografía desde Instagram.
"Mi hija Julia tiene la veta artística, no me sorprende teniendo padres artístas. Igual, ella siempre será libre para seguir sus deseos y necesidades".
-¿Cómo vivís estas horas previas a la entrega de los Oscar?
-Todo lo que está pasando es increíble. Todo, desde que la película se estrenó en el Festival de Cannes y, ahora, el Oscar es un grotesco de lo que la peli nos fue dando. Es muy fuerte y no solo es un fenómeno de récords estadísticamente, sino que lo sentís en la calle. Me pasó con amigos que viven en Uruguay, España, Brasil, Francia, Colombia, México e incluso me acaban de contar lo que está pasando en China. Sucede muy de vez en cuando ese efecto dominó.
-¿Cuáles son las reacciones del público en otros países con Relatos salvajes, que puede verse como muy local y al mismo tiempo muy universal?
-Las reacciones son parecidas en todos lugares donde se exhibió. Tal vez algunos se enganchan más con una historia que con otra, pero en general el público la recibe como una película con humor e ironía, en la que se sienten reconocidos y movilizados. Al mismo tiempo, se sienten cuestionados y juzgados como humanidad. Eso quiere decir que funcionan todos los ingredientes. Relatos salvajes logra correrte del lugar en el que estás, tal como quería Damián Szifrón.
-¿Qué recepción tiene la gente de tu personaje?, un hombre que vive un episodio violento en su coche con otro automovilista.
-Sucede que Szifrón ha trabajado un tópico de las carreteras y lo ha llevado al límite. Con mi rol buscó llegar a un lugar arquetípico: la discusión encima de un auto y la impunidad frente al volante. El mío es un personaje de transiciones que lo van a ir llevando hacia la locura y el infierno. Para que tuviera lógica cada una de esas transformaciones, el personaje se construyó en el set más que en el guión.
"El público mundial recibió a Relatos salvajes como una película con humor e ironía, en la que se sienten reconocidos y movilizados. Y al mismo tiempo, se sienten cuestionados y juzgados como humanidad".
-¿Cómo vas a vivir la transmisión de la ceremonia desde Buenos Aires?
-Resulta que el cumpleaños de mi hija Julia (N de la R: 8 años, fruto de su relación de casi dos décadas con la artista plástica Guadalupe Marín), coincide con la fecha de la ceremonia del Oscar. Lo importante va a ser festejar su cumpleaños y después, acercarme con ella a ver la ceremonia con mis compañeros. Compartir la realidad de uno con la familia. Sería un lindo regalo el Oscar.
-¿Cómo lográs conciliar tu labor con el rol de padre?
-No solía ver la ceremonia del Oscar porque estoy determinado por los horarios de mi hija. Siendo hija de padres artistas, no me asombra que Julia tenga esa veta. Igual, ella siempre será libre para seguir sus deseos y necesidades. Considero que cada vez se asume con más énfasis lo creativo como lo más importante, sea cual fuere la profesión que uno elija. No está escindido lo creativo de un trabajo que supuestamente no lo es.
-¿Qué importancia tiene la nominación de Relatos salvajes a mejor película extranjera en los Oscar? ¿Lo valorás especialmente o te interesan más otras premiaciones en la industria?
-El Oscar representa la fiesta del cine, es el mayor espectáculo y el más importante, porque es por donde pasa todo el mercado del cine internacional, más allá de discutir o relativizar la calidad de las películas seleccionadas. Aún cuando el Festival de Cannes agrupa al cine de autor, es el Oscar el que te lanza una peli y por lo tanto genera un antes y un después.
"Me ofrecieron la oportunidad de viajar a la premiación, pero no pude. Me avisaron pocos días antes que estaba la posibilidad, pero no pude organizarlo y hasta último momento no se sabía si iba a haber entradas".
-¿Te ofrecieron ser parte del grupo que viaja para la premiación?
-Me encuentro en pleno rodaje de una nueva película, y hay planes de juntarse para vivir la ceremonia en Capital. Me ofrecieron la oportunidad de viajar, pero no podía. Me avisaron hace unos días que estaba la posibilidad, pero no pude organizarlo y hasta último momento no se sabía si iba a haber entradas.
-¿Te interesa Hollywood como un lugar para incursionar, después de tu participación en la película Red Lights (2012), junto a Robert De Niro y Sigourney Weaver?
-Tengo claro que la idea de trabajar en Hollywood no es sólo decidir hacerlo, sino que tiene que ver con un cambio y un estilo de vida diferente. Yo ya hice en determinado momento de mi carrera ese cambio, al ir a vivir a España y desarrollar una carrera ahí. Estados Unidos es un mundo aparte, implica un universo con otras reglas y leyes. Viviendo allá, la realidad es otra. Quiero decir que puede ser que haya un golpe de suerte, pero a partir de él hay que tomar una decisión de vida. Los directores de casting me han dicho ‘ni se te ocurra dejar tu carrera, presentate al papel desde donde estás’. Uno debe tratar de hacer el papel que quiere desde cualquier lugar del mundo.
-¿Considerás que un posible tercer Oscar para Argentina sería un triunfo nacional?
-Como no hay un Mundial del cine, ni el cine es una competencia, entonces se hacen este tipo de cosas como el Oscar. Las películas no se pueden comparar, la competencia es subjetiva, relativa, original y personal. No lo veo como una conquista nacional, si bien es bueno el éxito para todo lo que se hace en la Argentina. Sin embargo, la gente lo ve como algo propio y se siente orgullosa, y eso no se puede discutir (risas).
"Como no hay un Mundial del cine, entonces se hacen este tipo de cosas como el Oscar. Las películas no se pueden comparar, la competencia es subjetiva, relativa, original y personal. No lo veo como una conquista nacional, si bien es bueno el éxito para todo lo que se hace en la Argentina. Sin embargo, la gente lo ve como algo propio y se siente orgullosa, y eso no se puede discutir".
Desde Los Ángeles hasta la pampa argentina
Mientras espera los resultados que llegarán desde Los Ángeles sobre Relatos salvajes (o Wild Tales, como se llamó para su distribución internacional) por estos días Leonardo Sbaraglia está inmerso en plena filmación por nuestras tierras. No te olvides de mí se llama la ópera prima de la directora Fernanda Ramondo, que el actor se encuentra grabando en la ciudad de Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires.
En esta oportunidad, el laureado actor encarnará a un vagabundo anarquista, en plenos años 30, que buscará reencontrase en la pampa argentina con su gallo de riña. “Es una road movie de época que muestra cómo se construye un vínculo de un hombre con dos hermanos, después de salir de la cárcel por razones históricas, buscando recuperar su pasado, en un contexto de migraciones y pobreza", cuenta sobre la cinta que llegará a las salas a finales de 2015.
Amante del Instagram
-Despuntás tu pasión por la fotografía desde tu cuenta de Instagram, donde en este momento tenés más de 17 mil seguidores. ¿Cómo surgió?
-Mi papá es un gran fotógrafo y a mí me gusta también mucho la fotografía, porque es poner el ojo en las cosas que me interesan. Incluso, tengo una cámara muy buena, que ahora no la uso para Instagram (risas). La fotografía y el cine están ligadas: definir dónde poner la cámara para poder mostrar algo o no, cómo encuadrar la realidad, etcétera. Instagram para mí es una manera más de expresarme y en mi caso, es la única forma de relacionarme virtualmente, porque no tengo Twitter ni Facebook. Por ahí se ve la mirada de los otros.