Es cierto, a esta altura nadie se puede sorprender o escandalizar por un beso de dos hombres en una ficción diaria. Pero también es cierto que la prensa, las redes sociales y el intercambio de opiniones en general, ayudan a generar expectativas sobre determinadas escenas.
Algo de esto pasa con cada vez que Julio Chávez va a interpretar una situación con algún grado de intimidad. Su beso con Nicolás Repetto era una de esas promesas, aunque –hay que decirlo- no tuvo ni la ternura ni la intensidad de aquel encuentro con Pedro (Benjamín Vicuña). Tampoco tuvo (y quizás acá reside la explicación) la fuerte historia que construyó esa pareja ni la tensión sexual acumulada entre ellos durante tanto tiempo.
Lo cierto es que, mientras la relación con Pedro se desvanece, el guión busca nuevos rumbos para seguir desarrollando uno de los temas centrales de la tira: el amor en sus más amplios espectros.