Este fue (y es) un año difícil en la vida de Antonio Gasalla. A principios de agosto, el actor reveló que atravesaba un delicado estado de salud debido a un carcinoma en la piel. La enfermedad lo llevó a someterse a una dolorosa intervención para remover unas manchas en su rodilla, tobillo y espalda.
Una mujer comenzó a gritar y a comentar la obra en voz alta, y Gasalla explotó: "Disculpe, no es obra de teatro en dónde yo interactúo con el público, esto es una historia que yo cuento, es una ficción así que la invito a que se calle".
Gasalla debió abandonar su trabajo con Susana Giménez, donde protagonizó una emotiva despedida con la conductora. También su labor en la obra Más respeto que soy tu madre se vio comprometida y tuvo que cancelar algunas fechas de la gira nacional. El 11 de agosto pasado, Antonio y debió suspender por tercera vez su función en Rosario. La primera había sido por problemas técnicos, mientras que la segunda fue por la tragedia del edificio que se cobró más de una decena de vidas, el 6 de agosto.
Finalmente, ya recuperado de sus lesiones, el gran actor retomó la gira nacional y volvió a cumplir con la ciudad santafesina. Pero bueno, su regreso no fue el esperado y, en la función del sábado, Antonio ¡terminó echando a una espectadora en plena función! En una de las escenas, Gasalla habla con Nazareno Móttola, cuyo personaje cultiva marihuana. Una mujer, algo inquieta, gritó desde la platea: “¡Cómo la hija de Moria, como la hija de Moria!”, exclamó la señora, que siguió comentando la obra en voz alta. Eso desató la furia de Gasalla. “Disculpe, no es obra de teatro en dónde yo interactúo con el público, esto es una historia que yo cuento, es una ficción así que la invito a que se calle”, la compelió a la mujer, según contó Marcelo Polino, en su programa Ponele la firma.
Por su parte, el sitio Partedelshow.com detalló que, además, el capocómico paró la obra y le preguntó a la mujer si quería tener protagonismo. A pesar de que la señora se disculpó, Gasalla se fue del escenario y personal de seguridad le solicitó a la mujer que se fuera de la sala por pedido de la producción y del artista. La obra estuvo suspendida durante más de 10 minutos e, incluso, ¡bajaron el telón!. La señora se mantuvo sentada en su butaca y explicaba que ya se había disculpado por el exabrupto y que no entendía la reacción del comediante. Los encargados de la sala le propusieron pagarle el doble la entrada para evitar mayores inconvenientes ante una sala que ya abucheaba y gritaba por la suspensión de la función. ¡Qué carácter!