El escenario de Soñando por cantar suele ser un lugar de encuentro que tiene como excusa el canto, aunque las situaciones desborden el mero hecho musical. Eso ha pasado con familiares de concursantes que no se veían desde hacía mucho tiempo, con novios que han propuesto casamiento en vivo y hasta con el futbolista Walter Fernández, que demostró su talento para el canto junto a ex compañeros de Racing.
En la última gala algo de eso volvió a ocurrir con Guillermo Milano, entrenador de la selección masculina de Handball, que cantó y luego fue sorprendido por Paula Pareto, medalla de bronce en judo en los Juegos Olímpicos 2008, y el ciclista Juan Curuchet, ganador de la medalla de oro en las mismas olimpiadas.
Antes de eso, con la presencia de diferentes deportistas argentinos que lo fueron a apoyar, el entrenador cantó Carito, de Antonio Tarragó Ros y León Gieco. Cuando finalizó, el público lo ovacionó y todo el estadio comenzó a hinchar por la Argentina en el desafío de ganar los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Como no podía ser de otra manera, no faltaron las banderas, el símbolo de identidad nacional por excelencia.
A esa altura, el certamen de canto había quedado en un segundo plano, y las palabras de Patricia Sosa, estuvieron a tono con eso. “Este jurado no va a juzgar si cantaste bien o mal porque trajiste un momento de alegría enorme, y con tantas banderas argentinas uno se mete en ese paisaje y es mas argentino que nunca. Vos trajiste una anécdota muy positiva para tu selección, para que vayan charlando de todo esto y canten en el viaje”, expresó la jurado para cerrar con un mensaje para la competencia en Europa: “Soñemos en grande, mucha suerte. Que la esperanza sea nuestro bastión”.
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