En diciembre de 2010, tres personas ingresaron en el domicilio de Mirtha Legrand y accedieron a la caja fuerte. De allí sustrajeron dinero y joyas, valuadas en un millón de dólares.
La denuncia y la investigación judicial siguieron su curso y determinaron que dentro de los responsables del delito estaba la empleada doméstica de la diva, Lina Rosa Díaz, su esposo y su hijo.
"Necesito que la Justicia haga justicia, porque yo soy inocente. Y le digo basta a aquellos que me están tratando de basura. No lo soporto más", expresó Lina.
Los años pasaron, el caso avanzó y la Justicia resolvió el procesamiento de Lina y sus familiares, Orlando Jiménez y Jorge Petrak. Además del embargo de sus bienes.
Indignada por la situación que la compromete, la exempleada de Mirtha habló con Mauro Viale del tema y se declaró inocente. "Necesito que la Justicia haga justicia, porque yo soy inocente. Y le digo basta a aquellos que me están tratando de basura. No lo soporto más", expresó Lina, enojada.
Por último se refirió al trato que le daba a Legrand: "Cuidaba a Mirtha como si fuese mi madre, pero parece que la señora no conoce lo que es la pobreza. Vivo como cualquier obrero de este país", concluyó, tratando de limpiar su nombre.