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Qué pasó en 100 días para enamorarse tras cumplirse el plazo: encuentro hot, duros cruces... ¡y divorcio!

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¡Se cumplieron los 100 días para enamorarse! Así resolvieron su matrimonio los personajes de Peterson y Minujin

El rigor de la letra y el espíritu del peculiar contrato que firmaron los abogados Laura Contempomi (Carla Peterson) y Gastón Guevara (Juan Minujín) agotó su plazo, y en 100 días para enamorarse los personajes definieron su situación. El futuro del matrimonio de 18 años de la ficción se había puesto en juego cuando, al comienzo de la tira, Laura y Gastón acordaron: "Tomémonos cien días. Hagamos ese paréntesis y después de ese tiempo nos volvemos a ver y vemos si queremos estar juntos o no".

Con el amor intacto, todo hacía suponer que la familia se reunificaría más fortalecida que antes del impasse, pero todo se arruinó cuando, después de un encuentro sexual tan romántico como apasionado con Gastón, Laura encontró un video en el que su marido le declaraba su amor a Angie, la abogada que interpretó Justina Bustos. Por más que Guevara se disculpó, explicó que ese episodio formó parte de la pausa marital, Contempomi no le creyó y le exigió el divorcio.

En cuanto a Antonia Salinas (Nancy Dupláa), hace tiempo quedó claro que su relación con Coco Carulias (Pablo Rago) era inviable y que su encrucijada amorosa era con Diego Castelnuovo (Luciano Castro). Así fue que en una juntada con el propósito de atender los deseos de su hijo, Juan (Maite Lanata), fueron un reflejo del conflicto de sus amigos de la juventud. La propuesta de Diego fue concreta, convivir con Antonia y Juan como la familia que son, o de caso contrario él se iría a vivir a Chile como jefe de la clínica de Emiliano (Benjamín Vicuña). A pesar de la fuerte apuesta, al personaje de Nancy Dupláa no le termina de convencer el plan y reitera pases de facturas con el personaje de Luciano Castro.

Así las cosas, el intento de Gastón (Juan Minujín) de acudir borracho y desesperado a rogar por el perdón de Laura (Carla Peterson) no surtieron efecto y la matriculada le respondió con frialdad leguleya: “Yo te di una oportunidad. Lo hice a tu manera, y no funcionó. Ahora, lo vamos a hacer a mi manera: me quiero divorciar”.

A 25 capítulos del final, la novela de Underground promete un divorcio áspero, aunque nadie le clausuró la puerta al amor...

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