Uno de los invitados del último programa de PH Podemos Hablar fue Luciano Cáceres y cuando la charla giró sobre la religiosidad de los invitados, el actor relató la lucha de su madre contra un cáncer durante 7 años. "Creo en el universo y en los ángeles. Básicamente, por una experiencia que viví", comenzó diciendo.
"Cuando entré a su habitación mi vieja estaba así, como agarrándole la mano a alguien y me dijo que era su ángel. Dijo que era una señora de 50 años, muy alta, muy blanca y que se llamaba Mo. No entendía de qué se trataba".
El actor contó que durante 6 años su madre se realizó todos los tratamientos de quimioterapia, pero en el séptimo decidió abandonarlos para comenzar a hacer reiki y terapias alternativas: "Su último año fue el mejor. Estaba fuerte, con pelo, en peso, comía, pero cayó en coma. Obviamente me enojé porque no hizo todos los tratamientos", relató. "Llamé a la mina con la que hacía reiki, que estaba de vacaciones, y me dijo 'tenés que aprender a soltar'. Pero ¿cómo aprender a soltar? Si mi vieja dejó todo por el tratamiento con sus ‘manos mágicas’ y no lo entendía", continuó.
"Mi vieja no se movía hacía cuatro días, pero le pasé las manos y movió las piernas, movió los brazos, abrió los ojos. Fue toda una experiencia. Ahí le dije ‘agarrate tu ángel, nos hiciste muy felices'. Y se fue".
"Ella sale del coma y empezamos a establecer un vínculo con ella sin palabras porque ya no podía hablar. Pero yo podía entender todo lo que necesitaba sin palabras, no sé cómo explicarlo. Vuelve a caer en coma y fue un mes de mucha agonía. Cuando sale otra vez del coma, entré a su habitación mi vieja estaba así, como agarrándole la mano a alguien y me dijo que era su ángel. Dijo que era una señora de 50 años, muy alta, muy blanca y que se llamaba Mo. No entendía todavía de qué se trataba", detalló.
Su madre le pidió que necesitaba que le hicieran reiki, pero cuando llegó la madre de un compañero de teatro que practicaba la disciplina, la mujer no pudo. “La hice pasar a la habitación, pero al minuto salió y me dijo ‘yo no puedo hacer nada, lo tenés que hacer vos'", contó. "Entonces pasé y me hizo hacer algo que no sabía qué era, unos movimientos con las manos. Mi vieja no se movía hacía cuatro días, pero le pasé las manos y movió las piernas, movió los brazos, abrió los ojos. Fue toda una experiencia. Ahí le dije ‘agarrate a tu ángel, nos hiciste muy felices'. Y se fue. Y cómo no creer", recordó, ante la mirada conmovida de Esmeralda Mitre, Jimena Monteverde, y el resto de los invitados.