Robbie Williams quedó en ridículo. En medio de un show de Take That, la banda legendaria de los noventa que se reunió después de 16 años, y que comenzó una serie de conciertos de reencuentro, el cantante británico se sacó los pantalones y fue víctima de su propia broma.
En medio del recital, en el estadio Millennium de la ciudad inglesa Cardiff, Robbie estaba en pleno saludo final y, como ya es su costumbre, se bajó los pantalones para "agradecer" la ovación del público y, tras dar algunos pasos, cayó torpemente del escenario.
Al parecer, el amigovio de Amalia Granata se dio cuenta que sus pantalones estaban rotos y para evitar la vergüenza se despojó del cinturón hasta bajárselos a los tobillos.
Mientras los fans de las primeras filas, entretenidos con la gran vuelta de Take That, no daban crédito a la singular despedida del cantante, éste improvisó un movimiento de pelvis, hizo una reverencia al público y se puso a caminar estilo pingüino hasta caer del escenario y coronar el saludo con un verdadero blooper.
¡Mirá el video con la caída de Robbie!