En la última edición de "Bailando 2010", Graciela Alfano se puso el antifaz y se convirtió en una auténtica "Cruella de Vil". De la nada se la agarró con Paula Chaves, y le atribuyó estar agrandada, y se le cruzó Belén Francese, y la acusó de estar borracha, fuera de nivel y de hacerse la tonta.
La poetisa la miró sin entender el porqué de tal agresión, y para no generar una discordia demasiado grande, se defendió poco. Sin embargo, terminada la grabación, se plantó en el micrófono de "Convicciones" y dijo todo lo que tenía para decir: "Me atacó y me tuve que defender de la manera más correcta. No es el terreno en el que me gusta verme, pero tampoco me gusta que me agredan a mí, ni a mi bailarín, ni a mi coach.", contestó una Belén enojada.
Luego continuó: "Me parece que el trabajo dignifica a las personas, y que se metan con el mío, que me ninguneen, o que me digan que estoy borrada y fuera de nivel, me parece cualquier cosa, una pelotudez".
Con respecto a la comparación que hizo Alfano entre ella y Evangelina Anderson, y en la que salió desfavorecida, aseguró "que le tocó estar estar defendiendo ese lugar y que algo de mérito tiene que tener por haber llegado hasta esta instancia".
A continuación, con los dardos apuntados a la jurado de "Bailando 2010", asentó: "Está fuera de sí, no tiene límites, y se le marean los personajes. No sé si hace un personaje de villana, o sí realmente tiene tanta mala leche. Mientras tanto, yo hago la mía, no me como ninguna, sé quien soy, dónde estoy parada, y nunca me mareo", cerró.
De esta manera, la inocente Belén demostró que es tranquila y "buenaza" hasta un punto pero, cuando lo joden, no duda y sale a pegar.