Miley Cyrus creó su base de fanáticos gracias a Disney. El multimedio la elevó de la nada misma a un producto comercialmente exitoso como lo fue Hannah Montana. Como siempre, Disney apuntó a un público ATP.
Sin embargo, los años pasan y Miley decidió abocarse por completo a su carrera como cantante. Con un primer video altamente polémico, la rubia no se queda atrás y dispara su segundo corte "Who owns my heart".
¿Cuál es el problema? Cyrus está más buena que comer pollo con la mano y explota sus atributos en los videos. SIn embargo, hay varios miles de nenas de entre 10 a 12 años que la tienen como máxima ídola y ejemplo. Choque de ideales en la industria Disney. ¿Cómo seguirá?