Investigadores del Instituto Salk para Estudios Biológicos parecen haber encontrado un modo de ahorrarle a bastante gente el sudor y el dolor asociados a las actividades físicas necesarias para mantenerse en forma. Ellos identificaron dos rutas de señalización metabólica que se activan en respuesta al ejercicio y convergen para incrementar de modo espectacular la resistencia.
El equipo de científicos dirigidos por Ronald M. Evans, investigador médico del Instituto Howard Hughes, ha descubierto que al activar de manera simultánea ambas rutas con medicamentos orales, unos ratones comunes de laboratorio se pueden convertir en corredores de fondo, y obtener muchos de los otros beneficios del ejercicio físico.
Además de su tentador uso para el aumento de la resistencia de los atletas, los fármacos que imitan los efectos del ejercicio tienen un elevado potencial terapéutico en el tratamiento de ciertas enfermedades musculares, facilitando alcanzar un buen estado y forma física a pacientes hospitalizados incapaces de hacer ejercicios, personas ancianas, discapacitadas u obesas, y para ayudar a combatir todo un conjunto de enfermedades metabólicas donde se sabe que el ejercicio es beneficioso.
El trabajo anterior con ratones modificados genéticamente en el laboratorio de Evans había revelado que la activación permanente de un interruptor genético conocido como PPAR delta convierte a los ratones en infatigables corredores de maratón. Además de su enorme resistencia, los ratones modificados eran poco dados a aumentar de peso, aún cuando fueran alimentados con una dieta rica en grasas que provocó obesidad en ratones ordinarios. Y, más importante que su estilizado físico, su respuesta a la insulina mejoró, disminuyendo los niveles de glucosa en sangre.
Después de diversos experimentos, los científicos cuentan con varias estrategias farmacológicas, aunque algunas requieran de cierto ejercicio físico. En cualquier caso, incrementan de manera importante diversos efectos beneficiosos comúnmente asociados al ejercicio físico.
"Ejercicios en una píldora" es una definición que puede sonar muy tentadora, tanto para quienes se preocupan por su salud pero no tienen tiempo de hacer deporte, como para los deportistas, pero las aspiraciones de estos últimos no se verán colmadas. Evans ha desarrollado un examen que puede detectar en sangre y en orina los fármacos con los que él ha trabajado, para así ayudar a las autoridades del ámbito deportivo a combatir el dopaje potencial a través de esta nueva vía.
¿Se hará realidad el sueño de todas las haraganas y haraganes antideportistas que odian ir al gimnasio o hacer deportes? ¡Crucemos los dedos!