Al mediodía Valeria se cruza en la vereda por casualidad con un ex. El encuentro no significó nada, pero terminó en almuerzo. ¿Qué hacer?, se pregunta ¿le miente a su novio actual o le cuenta la verdad? A Hugo una de sus compañeritas del trabajo le hace un regalo por su cumpleaños y a la hora de llegar a casa con el obsequio, no sabe si decirle la verdad a su mujer o no. Es que a veces mentimos para evitarle al otro un disgusto ¿o mentimos para ahorrarnos una escandalosa escena de celos?
Estas del párrafo de arriba parecen estar lejos de las mentiras peligrosas, esas que realmente ocultan algo tan doloroso para el otro que acaso resulta imperdonable. A algunos les gusta llamarlas mentiras piadosas.
Para algunos estas, las piadosas, carecen de importancia, para otros el acto de mentir ya resulta sospechoso ¿Si no pasa nada, para qué mentir? La cuestión es que creemos en lo que nos dicen aquellas personas en las que confiamos ¿cómo podemos seguir confiando en ellas si sabemos que nos mienten? Entonces una mentira boba puede poner en cuestión muchas verdades serias.
Cuando Valeria llegó a su casa con cola de paja por haber estado al mediodía almorzando con su ex, prefirió callar. Pero algo en su actitud la delataba ante los ojos de su novio, que empezó a preguntar insistentemente qué le pasaba. A cada pregunta de él Valeria se sentía peor, como si le mintiera cada vez más. Hasta que finalmente dijo la verdad. Su no vio no pensó que Valeria le hubiera sido infiel pero le molestó mucho engancharla en una mentira. Se vio obligado a pensar "si me mintió ahora ¿cuántas veces me mintió antes y no me di cuenta? Y lo peor: me va a seguir mintiendo. El problema resultó magnificado por la mentira ¿por qué mintió, pensaba su novio, si en realidad no había nada que ocultar? ¿Me habría ahorrado una discusión si hubiera dicho la verdad desde el principo? Se preguntaba, Valeria.
La vez que Hugo volvió con el regalo y dijo que había sido de los muchachos del sector de facturación, su mujer no sospechó nada. Hasta que encontró una diminuta dedicatoria que decía "De Agustina". Hugo era fiel y eso creía su mujer, pero acababa de descubrir una mentira ¿por qué mentiría si no había hecho nada malo? Entonces la mentira pareció la demostración de su infidelidad y Hugo pasó a ser culpable automáticamente.
¿Son peligrosas las mentiras buenas? ¿cuándo vale la pena arriesgarse a un disgusto por decir la verdad? ¿mentimos para ahorrarle un enojo al otro o para zafar de una posible discusión?