Hoy por hoy quien no tiene una cuenta en Facebook puede llegar a sentirse sapo de otro pozo en cualquier reunión en donde un grupo presente comience a hablar de este nuevo lugar de encuentro con millones de integrantes de todos los rincones del planeta.
Personas que no saben como ni por qué, ingresaron a este mundo para tener un "lugar" en donde contar sus historias, publicar sus fotos, notas, confesiones, linkear videos favoritos, canciones, decir quienes son o, simplemente, espiar que hacen los demás en sus momentos de ocio cibernético.
Claro que el amor tampoco podía quedar afuera. ¿Qué pasa cuando las relaciones pasan de lo privado a lo extremadamente público o cuando mostrar nuestro estado amoroso al mundo se torna casi adictivo?
Según un artículo publicado por Reuters, para los estudiantes norteamericanos Facebook se convirtió en la principal forma de comunicar abiertamente que encontraron el amor. Entre ellos hablan de relaciones que son Facebook-worthy, o sea, lo suficientemente serias como para poder ser gritadas a los cuatro vientos en la red.
Aunque sólo se trate de modificar una solapa dentro del perfil que muestra la página en el cual aparecen distintos estados sentimentales que van desde el "comprometido" hasta el muy demandado "complicado"- esta práctica adquiere un gran valor si se tiene en cuenta que millones de jóvenes de todo el mundo están "dentro" de Facebook.
Y, según sus propios códigos, para anunciar públicamente una relación es necesario que ambos miembros estén de acuerdo en términos y detalles ya que uno de los ejercicios más habituales que acá se da, es el de "curiosear" el historial de los contactos/amigos.
También se puede seguir los momentos íntimos de una pareja a través de sus comentarios en el muro o fotos publicadas con nombre y apellido. Por si quedara alguna duda acerca de quienes las protagonizan: la vida de los otros, al alcance de todos.
Dave Berkman, consejero de salud mental en la clínica de la Universidad de Wisconsin, explica que algunos estudiantes se sienten impulsados a definirse a sí mismos en Facebook, o a actualizar su estado en forma compulsiva una y otra vez.
Así vemos como alguien pasa de estar "soltero" a "en una relación" o a "ya no estar en una relación" en escasos días.
"La gente está empezando a utilizarlo más que los teléfonos, más que los mensajes de texto y más que la mensajería instantánea, incluso más que hablar en persona", cuenta Berkman y asegura que "acelera las cosas. La gente tiende a definir incluso dónde está, para poder mostrárselo a los otros".
La sutileza carece en estos sitios, en donde con sólo "ignorar" o "rechazar", es posible no aceptar a un amigo no deseado o bloquear a una persona después de comprobar que ya dejó de interesarnos y no queremos que siga conociendo nuestros detalles más íntimos. Decisiones que sin dudas, también se toman en la vida real, aunque sin ser tan explícitos.
¿Tenés Facebook? ¿Cambiaste la forma de relacionarte con los demás luego de abrirte una cuenta en esta red?