Hoy, con un planeta vuelto a dividir muchas veces y con menos esperanzas que hace cuatro décadas, se cumplen cuarenta años de, por ejemplo, el Summer of Love ("Verano del Amor"), pináculo del hippismo y de la cultura pop, y en el mundo entero se recuerda lo que ocurrió en ese entonces. También se celebra la aparición de un disco que contribuyó a cambiar nuestra percepción de la música.
La historia se resume en estos términos: en diciembre de 1965, los Beatles editaron Rubber Soul, su sexto álbum. Según cuenta el crítico Barry Miles en su magnífica biografía de Paul McCartney Many Years from Now (de la que existía una muy buena traducción castellana en Emecé que la editorial Planeta, sin criterio de catálogo, decidió saldar), Brian Wilson, el compositor y líder del grupo estadounidense The Beach Boys, vivía obsesionado por emular a Lennon y McCartney y, en mayo de 1966 -mientras los Beatles se encontraban grabando Revolver, su próximo álbum- editó con su banda Pet Sounds. El disco fue considerado por críticos y músicos como uno de los mejores de la historia. Tal fue también el punto de vista de Paul, quien, a su vez, quiso emular a Wilson. "A menudo oía Pet Sounds -dijo McCartney- y lloraba. Se lo hice oír tantas veces a John que sería difícil que hubiese conseguido escaparse de su influencia. Era el disco de ese momento". Y ese momento era, justamente, el del último concierto público de los Beatles, que tuvo lugar el 29 de agosto de 1966. Para entonces, ya estaban experimentando nuevas maneras de hacer música que, en esa época, sólo podían lograrse en el ámbito cerrado de los estudios de grabación. De hecho, cansados de ser los Beatles, un día decidieron que sus próximas canciones fueran interpretadas por la Sgt. Pepper s Lonely Hearts Club Band (la Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta), una suerte de alter egos deformes y festivos. En palabras de George Martin, su productor, "la mera existencia del Sgt. Pepper se puede justificar por un motivo psicológico, porque en el disco aparecía otra entidad, algo alejada de ellos. Era como si no fueron ellos mismos los que hacían el disco". El 1º de junio de 1967, Sgt. Pepper s Lonely Hearts Club Band, el octavo álbum de los Beatles, salió en el Reino Unido. Era el resultado de 129 días en los Abbey Road Studios, de Londres. Rápidamente cientos de grupos trataron de descubrir la manera de copiar toda esa parafernalia de efectos especiales y el mundo se llenó de exégetas dispuestos a interpretar los menores detalles de las letras. Pero mientras todo eso sucedía, Paul McCartney ya viajaba a los Estados Unidos para presenciar el Monterey International Pop Music Festival, que tuvo lugar en la localidad californiana homónima, entre el 16 y el 18 de junio de ese mismo año. Fue el primer megafestival de rock, al que asitieron unas 200.000 personas para escuchar a sus músicos favoritos; entre otros, Otis Redding, The Who, Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Byrds, Jefferson Airplane, The Mamas & the Papas, Buffalo Springfield y Simon & Garfunkel.