Llega la mitad de enero y muchos de los argentinos piensan que no hay nada para hacer. Los feriados aún se encuentran lejos y las fiestas no abundan en una Buenos Aires desolada.
Para aquellos que no han perdido las esperanzas y gustan de importar costumbres extranjeras, llega una reunión para tener en cuenta el año próximo. Es que todos los 19 de enero se festeja, en España, San Canuto. Y aunque para muchos este dato resulte insignificante, para otros no lo será tanto ya que a este santo se le rinde honor en la madre patria luchando para lograr la despenalización de la marihuana.
Cuenta la historia que Canuto IV fue rey de Dinamarca y dedicó su vida a extender la fe cristiana por todos los rincones de su reino. Considerado un mártir en su país, fundó hospitales, creo monasterios y estaba decidido a tener una fuerte autoridad con las bases de una iglesia muy presente. En el año 1086 fue asesinado por sus enemigos mientras rezaba al pie de un altar, y en 1101, canonizado.
El largo camino que recorrió Canuto para llegar a ser defensor de los jóvenes (y no tanto) que buscan la despenalización del autocultivo y consumo de la marihuana, lo desconocemos. Pero lo cierto es que todos los años los devotos de este patrón se reúnen para hacer escuchar su reclamo.
Este año parte de la celebración fue en la Universidad Autónoma de Madrid (la fiesta se celebra en diferentes lugares a lo largo de toda España). Como el día de San Canuto está organizado por grupos que reivindican la despenalización de las drogas blandas, como la asociación Amigos de María, la celebración no posee la autorización de la universidad. Desde hace años son un dolor de cabeza para la Autónoma, y ya acostumbrados a que los desvanes tengan lugar, este año se decidió prohibir la venta de bebidas alcohólicas en los bares del establecimiento. No se podía ingresar a la universidad con botellas y había un riguroso control en sus puertas.
Ni el frío ni la lluvia logró que los devotos dejaran la plaza, que durante la mañana estaba un poco vacía pero llegó a su punto culmine por la tarde/noche. El lugar estaba repleto de gente y entre la multitud se escuchó la voz de Abraham, un estudiante de biología que explicó "que no legalicen las drogas duras me parece normal pero con las drogas blandas siempre que se haga con educación, cada uno puede hacer lo que quiera".