"Me traje esta ropa fucsia para que haga contraste con el verde de las plantas, ¿te gusta?", pregunta Dani Umpi, insólito hasta para romper el hielo y encarar una entrevista. Saluda sociable, expone su inagotable sonrisa y se enfunda en la vestimenta rosa que preparó especialmente (y que ocultará sus bermuditas camufladas y su remera de Néstor en Bloque, ex cantante de La Base y quijote de la cumbia post-villera).
Dani viene representando hace años a la modernidad uruguaya y cuenta con varios clubes de fans en el país vecino, pero el eco de su nombre cruzó el Río de la Plata recién en 2001, cuando organizó el festejo de cumpleaños de Natalia Oreiro en el Centro Cultural Recoleta. Es que en ese entonces, Umpi dejaba traslucir su fascinación por la ambigüedad que hoy lo sigue caracterizando: mientras el suplemento Si! anunciaba el nacimiento de una estrellita moderna y alababa la instalación que el muchacho había organizado junto a Movimiento Sexy (su "colectivo de sanación cultural"), la revista Gente publicaba fotos de la actriz y del evento sin poner demasiado el ojo en aquel grupo de jovencitos arties.
¿Escritor, músico, performer, artista o qué? "La vida tiene muchas facetas", explica él. El Dani escritor está presentando actualmente su última novela, Sólo te quiero como amigo (publica Interzona), en la que cuenta las complicaciones que atraviesa una pareja de gays que decide separarse. Él preferirá definir su libro como "la historia de un chico que deja a otro chico". El músico que habita en él también tiene novedades para ofrecer: Perfecto, su primer disco de canciones propias ya existía North, un compilado de reversiones del disco Sur de Jaime Roos- acaba de ser editado en esta orilla por el sello independiente Secsy. La elección de su discográfica no parece haber sido una decisión ideológica, sino más bien un producto del azar. Es que Dani es un chico posmoderno y en él los límites y las posturas tienden a desdibujarse: "Uno tiene a pensar que lo alternativo es un discurso, pero en realidad quizás sólo es una idea de creación, una forma. Hay grupos de rock re de protesta que al final son mainstream. Y Valeria Lynch es alternativa, porque trabaja de forma independiente y tiene sello propio. Está todo muy cambiado, ¿no?".
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