Auriculares para todos
La idea no es nueva. Pero ante el éxito de convocatoria de la Lucha de almohadas en el Planetario, la tendencia de los flashmobs prendió y tiene ganas de quedarse entre los porteños. Esta vez, también réplica de varias experiencias en el exterior, se convoca a una Fiesta Silenciosa. Gratis y en la calle, sólo hay que acudir al llamado con un reproductor de mp3, discman o walkman (¿existirá alguno todavía?), con la música que cada uno elija, ganas de bailar y -de paso- colaborar con un fin solidario.
Los flashmobs, esas movilizaciones sociales masivas convocadas por medios no institucionales relacionados con la tecnología (mails, sms, fotologs), son sólo una parte de esta tendencia, que suma la práctica de bailar en silencio. Como sucedió el 11 de noviembre pasado en una estación de trenes en Londres, que se vio alterada en su rutina por un grupo de personas que se pusieron a bailar sin música para después dispersarse rápidamente, sólo para divertirse. Aunque no siempre la convocatoria es tan espontánea.
Un boliche holandés, el Silent Disco, desarrolla esta modalidad de forma excluyente desde 2002. Provee a todos los concurrentes con auriculares wireless donde sintonizan la misma frecuencia de radio y estalla la fiesta en silencio, cada uno al volumen que elija. Pioneros, fueron invitados a una carpa del festival Glastonbury, en Inglaterra este año, donde reunieron más de 3000 personas.
Acá, Charly García había ensayado en el hotel de Alan para después festejar su cumpleaños con un show que los espectadores sólo escucharían a través de una radio -que cada uno debía llevar- pero no funcionó. Es más, terminó en los noticieros por incidentes. Parece que no es lo mismo la música rock en vivo que una Silent Rave (rave silenciosa), una tendencia que se extiende en varios países europeos, con éxito.
Sin embargo, el primero que lo hizo en Buenos Aires fue el joven chileno Gary Pimiento. En la primavera de 1999 convocó a la Plaza San Martín a jóvenes inquietos con discman y/o walkmans (todavía en vigencia entonces) a los que le entregó una copia de Jacarandance -como también se llamó el evento-, un disco de su pequeño sello indie discos discos, con los sets en continuado de Dany Nijensohn, Gustavo Lamas y DJJJ. Esa tarde, bajo la lluvia de flores del jacarandá, además hubo desfile de modas en el cono del silencio. Todo vanguardia.
Bailar, con Buenaleche
Ahora, el grupo Movidas Urbanas Masivas y d2d Solutions -los mismos organizadores de la multitudinaria guerra de almohadas- hace el llamado por mails, mensajes de texto y fotologs para el próximo sábado 16 de diciembre a las 18 a la Fiesta Silenciosa. Frente al Obelisco, en el tramo peatonal de la Avenida Diagonal Norte entre Cerrito y Libertad, el baile comenzará puntualmente al llamado de un megáfono. Pero para la ocasión, se convocó a una productora para capitalizar tanta convocatoria con fines solidarios.
"Si bien me parece que es un evento muy criticable desde muchos puntos de vista, también es una forma de vivenciar la experiencia de masividad que los jóvenes no tienen, porque no se manifiestan", explica Diana Sorkin, directora de DSDG Producción&Diseño, la empresa que desde 2001 lleva adelante las Fiestas Buenaleche, donde la entrada es un litro de leche larga vida que donan a diferentes instituciones. Esta vez, aunque no es obligatorio llegarse con el tetra pak de leche larga vida, la logística puede permitir que los chicos de la Casa Cambalache de la Villa 21 se alimenten mejor, a través de la red de 16 comedores infantiles "Por los pibes de Barracas".
"Colaboro con la consigna Buenaleche, que aporta la sensación de estar haciendo algo, aunque sea mínimo, por los demás. Soy docente de la universidad y también es un ejemplo para los chicos que están estudiando: la idea es que seamos todos un poco mejores", completa Sorkin que no cree que se prenda al baile: "voy a estar apilando las cajas de leche".