Julia Constela es periodista y escritora. Hace unos años comenzó una investigación que la llevó a reconstruir la biografía de Celia de la Serna, la madre de Ernesto Guevara de la Serna, mundialmente conocido como el Che. Tiempo después, con el mismo espíritu el de no opacar la figura de la madre con la del hijo famoso emprendió un trabajo de recolección de imágenes familiares que la llevó a la cuidada edición de Che Guevara. La vida en juego, un libro donde las fotos y no los textos tienen protagonismo.
De reciente edición por la filial argentina de Edhasa, el libro compila imágenes desde su nacimiento hasta las de su muerte. El álbum familiar de la infancia en Alta Gracia, la juventud en Buenos Aires, hasta los viajes por América Latina, su llegada a Cuba, la Revolución, la expedición al Congo y sus últimos días en la selva boliviana.
Más de tres mil y casi todas inéditas, las fotos llegaron a Constela de las más diversas fuentes: un matrimonio uruguayo conectado con el padre del Che; el biógrafo Pacho O Donnell (autor de "Che. La vida por un mundo mejor"); fotógrafos cubanos; sus amigos Ricardo Rojo y Alberto Granado también colaboraron; y por supuesto las imágenes más célebres de Alberto Korda.
Ahora, estas fotografías que delimitan un recorrido biográfico de Ernesto Guevara están expuestas desde el viernes 20 y hasta el 5 de noviembre en la sala J del Centro Cultural Recoleta en la muestra Che Guevara. La vida en fotos. Estrictamente epigrafiadas ("sin opiniones ni retórica") buscan convertirse en un espejo de días cargados de heroísmo y pasión, discutibles e inigualables. La estampa que surge es la de alguien que entregó su existencia a una causa, que hasta el último instante fue guiado por sus ideales. Y que además de fotogénico, sacaba buenas fotos.