La aparición en escena de Benjamín Vicuña es motivo de aplausos en la sala llena del Paseo la Plaza. Allí protagoniza Los elegidos junto a Jorge Marrale, una comedia en la que explota un perfil humorístico e histriónico interpretando a uno de los cuatro aspirantes a escritores de un taller de literatura.
“Estoy sorprendido y feliz del cariño de Argentina. Yo siempre lo digo… La verdad que me han adoptado de la mejor manera. Estoy muy agradecido".
Vicuña sigue demostrando su gran versatilidad y potencial para encarar papeles disímiles y arriesgados. Su personaje no tiene nada que ver con el Pedro de Farsantes ni con el que años atrás había protagonizado en el drama La celebración, una obra que produjo en Chile y en Argentina, y con la que compartió cartel junto a sus grandes amigos Gonzalo Valenzuela y Juana Viale, entre gran elenco.
Cuando termina la obra, Vicuña se detiene cada vez que alguien se acerca para darle un beso, felicitarlo por su trabajo y hasta enviarle mensajes de cariño a Pampita. En él sólo hay gestos afectuosos y de gratitud, e incluso se aproxima cuando alguna persona tímida duda en saludarlo.
En una de esas tantas noches de encuentros -tanto arriba como abajo del escenario-, Ciudad.com charló con él en un breve paseo por las calles internas del complejo porteño de la mítica Avenida Corrientes.
-Ni bien salís a escena la gente te aplaude, también te saludan por la calle. ¿Cómo lo vivís?
-Estoy sorprendido y feliz del cariño de la gente en la Argentina. Siempre lo digo… La verdad es que me han adoptado de la mejor manera. Estoy muy agradecido.
"Los elegidos es una comedia inteligente, que atrapa tanto al espectador como al actor. Es linda para transitar y tiene zonas muy luminosas".
-¿Lo sentís tanto en el teatro como afuera?
-Sí, claro. Aquí, con todas las funciones del día a día me siento muy bien, contenido, no sólo después del espectáculo sino también con este recibimiento tan cálido.
-¿Qué te atrapó de la obra?
-Es una comedia inteligente, que atrapa tanto al espectador como al actor. Es linda para transitar y tiene zonas muy luminosas. Además es un elenco de lujo con Marrale, que es un grande de la actuación, con Vicky Almeida, Lautaro Delgado y Manuela Pal, que es una amiga también. Además Daniel Veronese es la excelencia en la dirección, así que me cerraba y entusiasmaba desde todos sus puntos.
-En Farsantes interpretás a un abogado más serio, acá a un joven inquieto y con mucho histrionismo, mientras que en La celebración encaraste un drama intenso. ¿En qué roles te sentís más a gusto?
-En realidad me gusta la diversidad de los papeles, me gustan los desafíos. En ese sentido tanto Farsantes, con un personaje no convencional, arriesgado, jugado; como en esta comedia y con la obra La celebración, que hice años atrás; son ejemplos de que ahí está el placer del actor y de esta profesión: el poder reinventarse y experimentar zonas nuevas.
"El placer del actor y de esta profesión: el poder reinventarse y experimentar zonas nuevas".
-En las últimas semanas se dijo que podías llegar a dejar Farsantes por compromisos laborales en Chile. ¿Cómo está esa situación?
-Tenemos Farsantes para rato, estoy grabando y estoy hasta octubre. Estamos conversando y viendo una manera para poder seguir con este éxito. La idea es poder compartir ambas cosas, con las responsabilidades que tengo en Chile. La verdad es que estoy muy contento con el personaje, con la historia y con el elenco de lujo... Con (Alfredo) Casero, (Julio) Chávez, con Griselda (Siciliani), con Facundo (Arana). Y vamos a buscar entre todos una manera de poder seguir. Ganas de quedarme no faltan, pero estoy tratando de arreglar un poquito el tema contratos y compromisos que tengo allá.