En medio de rumores de boda, y tras la derrota de la selección frente a Alemania durante el Mundial, Lionel Messi se refugió en los brazos de Antonella Rocuzzo, su novia, y juntos disfrutaron de unos días de playa en Río.
Románticos, frente al mar y con el sol como testigo, la pareja no dejó de mimarse y "Lio" aprovechó para lucir un tatuaje con la imagen del rostro de su madre Celia.
Sólo se dedicó a hacer playa y a compartir largas caminatas junto a su "chica". De hecho, hasta rechazó la invitación hecha por su amigo Ronaldinho para participar de un partido de voley playero.
"A Antonella la conozco desde que tenía 5 años, la he visto crecer y me ha visto crecer a mí", resume el crack que en unos días deberá volver a España y olvidar el mal trago de Sudáfrica.
(Revista Caras)