Juana Repetto (28) se convirtió en mamá por primera vez cuando el 12 de agosto trajo al mundo a su hijo, Toribio.
La actriz, que durante las 41 semanas de su embarazo bregó por un parto respetado, llegó al nacimiento de su hijo con sus ideas claras y mucha información. De esta manera, Juana logró tener un alumbramiento lo más parecido a lo que soñó.
En un largo relato en Facebook, la actriz contó con detalles cómo vivió las últimas semanas de su embarazo y cada momento del parto.
"No sé por dónde empezar, pero ya se me hace un nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lágrimas de emoción. Semana 38, arranco desde ahí", comenzó Juana.
La hija de Reina Reech y Nicolás Repetto siguió: "Mi gran miedo era que la inducción terminara en cesárea (sabemos que suele pasar) por lo que también aclaro que una inducción bien hecha y con una mamá con condiciones como las mías no tenía por qué terminar en cesárea y que dependía MUCHO de cómo lo manejara la partera (yo en Lara confiaba 100% con ojos cerrados)".
Juana siguió contando más sobre lo ocurrido y continuó: "¡Estaba por parirrrrr! Me acuesto para que me tacte, pero en ese momento siento MUCHA presión en el culo (perdón, no tengo otra forma de describirlo) se lo digo a Jorge (el obstetra) y me dice que si tengo ganas de pujar puje. Así que ahí quede, acostada (había llegado con 8,9 de dilatación y con la 'peri' llegue a completa en el acto). Pujé, en la contracción siguiente (las re sentía) volví a pujar y así hasta la cuarta en la que pregunté si lo estaba haciendo bien y me dijeron que síi, que estaba muy cerca y Jorge me hizo tocarle la cabeza. ¡Un flash! Es como una cosa gelatinosa blanda, no es lo que uno se imagina que va a sentir cuando toca una cabeza. En fin, ¡ESTABA TOCANDO A MI BEBÉ! En la siguiente contracción pujé con todo lo que me quedaba de fuerza, sabía que podía dejarlo todo en ese pujo porque estaba ahí. Sabía que si pujaba con todaaaaas mis fuerzas salía y así fue. De repente, veo su cabeza y a Jorge sacándole la circular de cordón que tenía, después salieron los hombros y ahí Jorge me hizo agarrarlo y entre los dos lo sacamos y lo pusimos en mi pecho. No lloraba. Pregunté si estaba bien y él solito me respondió con un mini llantín. Increíble momento. Enseguida lo puse en mi teta, no se prendió, pero ahí se quedó su primera hora de vida. Mientras esperábamos el alumbramiento, me dolía bastante. No me hizo episiotomía, pero me desgarré un poco. Me puso anestesia local para hacerme un par de puntos, calculo que la 'peri' fue poca y por eso sentía todo. De hecho, mi vieja, que entró conmigo, dice que cuando yo decía 'me duele' la anestesista lo miraba a Jorge como diciendo 'le pongo más' y Jorge negaba con la cabeza, cosa que le agradezco. A pesar de no ser el parto que yo imaginaba sin ninguna intervención trataron de que sea lo más cercano a eso posible. De todos modos para mí fue perfecto, aclaro por las dudas".
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