Casi como en una sesión de terapia, Ricado Darín habló de los dolores más íntimos de su vida y exorcizó algunos demonios del pasado. El reconocido actor argentino se entregó a una extensa entrevista en la que se refirió a la dolorosa pérdida de su padre.
"Siempre me taladró el cerebro tratar de entender su posición frente a su muerte anunciada. Por un tiempo me peleé con esa idea: me había negado a poder trabajar sobre eso y a sacarlo para afuera".
“Mi papá murió de cáncer. Yo tenía 30 años. No solo sabía, sino que me llamó mucho la atención y siempre me taladró el cerebro tratar de entender su posición frente a su muerte anunciada. Fue una posición muy hermética, intransigente, casi que no se podía mencionar el tema. Coincidió con que mi mujer estaba embarazada de nuestro primer hijo, el Chino, y mi papá elegía hablar solo del embarazo. Por un tiempo me peleé con esa idea: me había negado –entre comillas- a poder trabajar sobre eso y a sacarlo para afuera”, comenzó Darín, en la nota publicada por la revista Viva.
"Hizo un gran esfuerzo para llegar al nacimiento de mi hijo, que nació cuatro días antes de que él muriera. Es la demostración de hasta qué punto mi viejo hizo un esfuerzo por llegar a conocerlo. Su máxima aspiración era ésa".
“Cuando estaba internado muy grave, yo llega y le decía: ‘Hola pa, ¿cómo estás?’. Contestaba: ‘Muy bien, ¿y usted? ¿Cómo está la pancita?’. No quería que a nuestras vidas y a nuestro embarazo los amenazara nada. Hizo un gran esfuerzo para llegar al nacimiento de mi hijo, porque él falleció el 5 de enero de 1989”, continuó.
“Mi hijo nació cuatro días antes de que él muriera. Es la demostración de hasta qué punto mi viejo hizo un esfuerzo por llegar a conocerlo. Su máxima aspiración era ésa. Mi hijo de se llama Ricardo por él, no por mí: Ricardo Mario, como los dos abuelos. Paradójicamente mi padre se iba y Mario, el papá de Florencia, mi mujer, es el obstetra que lo trajo al mundo”, completó el actor su desahogo.