Juana Viale nació famosa. La nieta de Mirtha se negó mucho tiempo a participar del circuito de las celebridades, hasta que un día no se resistió mas. Lo mismo ocurrió con su madre, Marcela Tinayre, y con tantos otros parientes de estrellas argentinas.
Su primer escándalo lo tuvo a los 16, gritándole a los cronistas que buscan la nota con Marcos Gastaldi, su padrastro con problemas judiciales. ¿El último? Una desmentida historia de conflictos con su ex, Gonzalo Valenzuela, por el lugar de residencia de sus hijos.
Pero en el medio de todo esto, hay otra persona diferente a la pública. Viale podría haber elegido seguir con su exagerado bajo perfil, pero algo cambió cuando decidió participar de Bailando 2015. La excusa para aceptar fue el pedido de su hija. Tampoco sería acertivo pensar que fue por el dinero (que no es un cachet tan abultado, ni lo necesita), sino que busca algo más. Quizás la popularidad, tal vez la masividad definitiva, o bien un rotundo cambio de imagen.
Por ahora, su timidez la aleja de ese objetivo. Sin embargo, poco a poco logró soltarse. Abandonó los monosílabos del principio y empezó a divertirse, no sólo con el entrenamiento y la performances, sino también con las previas.
Algo de esta nueva Juana se vio cuando reemplazó a su abuela. Ella pidió estar ahí. No obstante, este renovado perfil no hizo que abandone sus experiencias actorales. En ese sentido, sigue explorando y consiguiendo mejores resultados.
Este mes, se presenta en el Centro Cultural San Martín, con el drama La sangre de los Árboles. El texto, dirigido por Luis Barrales, le exige una concentración, ductilidad y despliegue escénico, del que no cualquiera podría salir airoso. Y Juana lo logra. Su experiencia anterior había sido la fallida versión de La Celebración (2011, teatro Lola Membrives), y bien podría apuntar a representar comedias populares, un infantil u obras más redituables. También podría elegir quedarse en su casa, pero no. Hay algo que quiere mostrar y demostrar.
Por otro lado, después de una década de pareja junto a Gonzalo Valenzuela, volvió a apostar al amor con otro famoso: Chano, cantante de Tan Biónica. Y con todo lo que supuestamente desprecia la exposición, este es otro ingrediente explosivo. Por eso, están atravesando una separación debido a la misma exposición, de la que él no reniega para nada, pero ella sí.
Por eso, sospecho que estamos ante una nueva Juanita, hay algo más detrás de esa mujer rebelde y caprichosa, tan bella como esquiva, y más introvertida que escandalosa.
Aunque sigue siendo la nieta de Mirtha, tiene todo para convertirse en, simplemente, "Juana Viale".