Sin dudas uno de los hombres más eclécticos del ambiente artístico argentino, Roberto Pettinato ha despuntado en la música, la radio y la televisión. Hoy al frente de Radio Rana, su nuevo programa por FM Rock & Pop, donde comparte el aire junto a sus hijos Homero y Felipe, el peculiar conductor reveló por qué solo da notas por mail y disparó fuertes críticas contra el periodismo.
"Hacemos la nota por mail para asegurarme de que las cosas fueron puestas con mi idioma y que a la gente le parezca que me está escuchando decirlo".
“Hacemos la nota por mail para asegurarme de que las cosas fueron puestas con mi idioma y que a la gente le parezca que me está escuchando decirlo. Por otro lado, al no creer en la repregunta nos ahorramos tiempo todos. Desde que apareció el mail los periodistas comenzaron a decir que querían verte en persona, como si fueran a descubrir algo inquietante o sorprendente. Chicos, Norman Mailer murió, Capote también y Tom Wolfe está ahí de la tumba. Ese periodismo, lamentablemente, terminó”, disparó en la entrevista epistolar con La Nación revista.
"El invento de datos, la falta de chequeo, la desidia. Una vergüenza me da, que no podría explicar más claramente sin que se ofenda todo el sindicato".
“El periodista no necesita ver y repreguntar porque los periodistas carecen de imaginación. No necesitan ver nada porque sólo dirán ‘él lucía un reloj amarillo en un Buenos Aires húmedo...’”, agregó punzante. “Del periodismo que hacíamos con Fabián Polosecki en Rebelde sin pausa no que quedó nada. Nos quedábamos días leyendo todos los archivos de un tipo para entrevistar o íbamos tres veces seguidas a hacer un reportaje a Monzón. ¡Te sentías un reportero del Chicago Tribune! Hoy María O'Donnell y alguno que otro representan los restos de esa buena y única semilla”, continuó.
"El invento de datos, la falta de chequeo, la desidia. Una vergüenza me da, que no podría explicar más claramente sin que se ofenda todo el sindicato. No me importa que los periodistas hoy sean pagos por unos o por otros o se cuiden el culo cuando su empresa pasa de un López a un mexicano desconocido. Lo que sí me alarma es la falta de conceptos, de ideas, de un gusto por la repetición en cuarenta mil caracteres de una idea que eran dos renglones. Eso sí es horrible. ¡Larga vida a Polosecki!”, concluyó sin pelos en la lengua.