Se sabe: a Nicolás Cabré no le gusta dar notas… y mucho menos hablar en ellas de su vida privada. Sin embargo, hizo una excepción a raíz del estreno del ciclo Variaciones Walsh, que protagoniza por la TV Pública.
Sobre su nueva vida como padre de Rufina, su hija de dos años fruto de su relación con la China Suárez, Nicolás no disimuló su amor: “Feliz. Tengo mis días libres para ella. Mis prioridades cambiaron, decididamente. Ella es mi vida entera. Las cosas privadas me las guardo pero te puedo decir que conozco la felicidad día a día”.
"Si me preguntás cómo estoy: feliz de la hija preciosa que tenemos con la China. Feliz de la madre que tiene, feliz en lo que respecta a mi aprendizaje como padre".
Pero cuando le preguntaron por la relación con la China, quien suele hablar muy bien de él como padre, Cabré hizo una larga pausa antes de responder: “Yo… de verdad, hay cosas que me guardo para mí. Si me preguntás cómo estoy: feliz de la hija preciosa que tenemos con la China. Feliz de la madre que tiene, feliz en lo que respecta a mi aprendizaje como padre, y a pararme frente a la vida”.
El actor también dejó en claro que le gustaría seguir el ejemplo de sus padres en la crianza de la niña: “Yo tengo súper claro que fui un privilegiado en tener los padres que tengo. Ojalá pueda parecerme a lo que fueron ellos conmigo. Me críe con sus valores, sus errores, sus virtudes, sus defectos. Hoy trato de ser lo que mejor que puedo y darle todo lo bueno que tengo. Lo demás ex externo y así como entra, sale”.
"Yo soy esto, soy lo que soy, no tengo doble discurso. Hay gente a la que le caeré bien y gente a la que le caeré mal. Soy uno más: me equivoco, me voy a seguir equivocando, me expreso mal y se entenderán mal las cosas".
Al hablar de lo “externo”, dejó la puerta abierta para hablar de su tirante relación con la prensa: “Yo soy esto, soy lo que soy, no tengo doble discurso. Hay gente a la que le caeré bien y gente a la que le caeré mal. Soy uno más: me equivoco, me voy a seguir equivocando, me expreso mal y se entenderámal las cosas. Yo siempre trato de ser lo más sincero posible: hay cosas que me gustan y cosas que no”.
¿No le dan ganas de salir a aclarar algunos rumores? “Es que de verdad, llega un punto en donde los autorizo a que digan lo que quieran. La gente que me conoce sabe perfectamente quién soy y no tengo que dar explicaciones. Con lo celoso que puedo llegar a ser con mi intimidad, están bastante alejados de la realidad. Y me da una tranquilidad… Soy estoy, no pretendo que digan que soy el demonio porque no me gusta hablar de mi vida privada, ni que digan que soy el mejor por eso”. Clarito, ¿no?