Al comienzo del móvil desde su casa para Informadísimos había quedado claro que la amable entrevista podría terminar en escándalo, ya que Silvina Escudero advirtió entre risas (¿nerviosas?): "No me hago cargo de lo que diga o lo que haga, porque con el sueño puedo llegar a decir y hacer cualquier cosa". A pesar de que eran apenas las 11 de la mañana, la morocha se cubrió por las eventuales consecuencias de sus críticas al Bailando, lo que luego generó un fuerte cruce con Carlos Monti y Lío Pecoraro.
"Hay personas que no tienen previa y me pego un torre total. (…) Juana Viale me aburre, y me parece lo más toda su familia, de una elite, yo soy fana de Mirtha Legrand. Me gustaría que cuente algo, porque se queda callada, y ella es interesante, hermosa. A mí, como Doña Rosa, me interesaría enterarme de cómo son sus días, como viaja y vuelve de Chile, cómo hace con los chicos. No es que sólo queremos que nos cuente del novio".
En su rol de espectadora, Escudero disparó: "Hay personas que no tienen previa y me pego un torre total. (…) Juana Viale me aburre, y me parece lo más toda su familia, de una elite, yo soy fana de Mirtha Legrand. Me gustaría que cuente algo, porque se queda callada, y ella es interesante, hermosa. A mí, como Doña Rosa, me interesaría enterarme de cómo son sus días, cómo viaja y vuelve de Chile, cómo hace con los chicos. No es que sólo queremos que nos cuente del novio".
El comentario despertó la curiosidad de Pecoraro, quien sugirió que lanzaba esas ácidas frases debido a que no formaba parte de Ideas del Sur. "El último año que bailé fue en el 2011, en el 2012 estuve como jurado. Me convocaron este año, en febrero, pero estaba muy abocada a Escudero Danzas, sin tiempo de nada, salvo para dormir cuatro horas por día. Me proyecté (que tendría que hablar) de la vida privada y dije que no. Por ese lado, valoro a Juana que no quiere hablar", justificó la morocha.
"Me desperté a las 9.30 de la mañana, me acosté a las 6 para armar la casa y recibirlos, les mostré a mis cachorros. Los estoy invitando a mi casa con la mejor onda. (…) Que tengan un excelente día, dormí tres horas para recibirlos en mi casa. No entiendo por qué me están agrediendo, no me siento cómoda…".
Entonces, cuando el conductor y sus panelistas le replicaron que ella siempre hizo públicos los detalles de su relación con Matías Alé, su pelea mediática y judicial con Martín Amestoy y demás, comenzó el escandalete. El detonante fue el graph que rescataba la afirmación de Escudero: "Que pongan que 'Juana Viale me aburre', me choca, cuando no me aburre. (…) Ay, no... qué fiaca esto. Me quiero ir a dormir".
Fue entonces que la entrevistada y los periodistas se adentraron en una irrefrenable discusión respecto a qué dijo cada uno, qué quiso decir y qué quedó plasmado en pantalla. "Me desperté a las 9.30 de la mañana, me acosté a las 6 para armar la casa y recibirlos, les mostré a mis cachorros. Los estoy invitando a mi casa con la mejor onda. (…) Que tengan un excelente día, dormí tres horas para recibirlos en mi casa. No entiendo por qué me están agrediendo, no me siento cómoda… Pregúntenme lo que quieran, siempre fui una remadora de notas. Sólo que me sentí incómoda, como desorientada".
Ni siquiera la intervención de la bailarina Celeste Muriega, quien la consultó por su noviazgo con Lucas Velasco, logró que Silvina Escudero contuviera sus lágrimas, y Carlos Monti decidió finalizar el móvil para evitar que se profundice el malestar de la entrevistada. Eso sí, no pudo retirarse del móvil, ¡porque era en su propia casa! "No se puede ir (...) Ella quiere hablar sólo de los 400 alumnos", pinchó Lio Pecoraro con picardía. Y ya no hubo chance de remontar la buena onda...