De movida, cuando ingresó al complejo de viviendas El Hábitat, en Pilar, en medio de la madrugada, Hernán Piquín intuyó que algo andaba mal. Para empezar, desconocía a los sujetos apostados en la garita de seguridad y, alerto a sus sospechas, improvisó una arriesgada maniobra que -por fortuna- tuvo buen final. Identificando la situación aceleró, ingresando al barrio a toda marcha y alertando a los vecinos sobre lo que estaba ocurriendo.
"Todos los que me conocen saben que soy justiciero, que no me iba a quedar callado. La saqué barata".
"Empecé a gritar '¡hay chorros en el barrio!', y ahí arrancaron a disparar sin parar... terminé chocando con una estructura que hay y una vecina me ayudó e ingresé a su casa", explayó el artista en diálogo con Luis Novaresio por radio La Red.
Cerca de once disparos fueron detectados, según el peritaje inicial. Afortunadamente, ninguno generó lesiones y los delincuentes fueron reducidos por la policía.
Sobre las sensaciones tras la traumática experiencia, Hernán se sinceró: "Todos los que me conocen saben que soy justiciero, que no me iba a quedar callado (...) Podría haber aparecido muerto, bajé del auto y me miraba el cuerpo, a ver si estaba chorreando sangre... por suerte no me pasó nada, solo tuve un golpe en el coxis. La saqué barata".