El envidiable estado físico y la lucidez de Gerardo Romano (72) lo mantienen vigente como uno de los galanes maduros más populares, como se lo pudo ver en El Marginal 2, o en El Jardín de Bronce. Adonis consolidado desde finales la década de 1970, el artista volvió a romper tabúes al reflexionar sobre su vida sexual a sus 72 años.
Después de contar que se inició a los 14 años con una mucama boliviana que trabajaba en su casa, el padre de Lucio (32) y Rita (13) se refirió al uso del viagra. “Lo probé a los 60 y lo sigo tomando. En algún momento tendré que dejarlo”, afirmó en una entrevista con la revista Pronto.
“El viagra lo probé a los 60 y lo sigo tomando. En algún momento tendré que dejarlo”.
Luego, el protagonista de Un judío común y corriente contó una anécdota y bromeó con el clásico cartel de “últimas funciones” que suelen colocar en las puertas de los teatros. “El otro día estábamos teniendo sexo y le comentaba a mi compañera a propósito del orgasmo que tuvimos que cuándo se terminaría eso. Que si tendríamos que poner el cartelito de últimos 20 polvos. Es imposible retirarse del sexo. Ella se reía pero es fuerte. El deseo sexual es como un circulo vicioso”, concluyó el tema.
Por otra parte, Romano admitió: “Estoy soltero, pero tengo relaciones con gente que me quiere y que quiero. Tengo cuatro o cinco mujeres que quiero mucho, con las cuales me hablo periódicamente y no tengo relaciones con todas. Soy una persona libre y si conozco a alguien, no le exijo nada que tenga que ver con lo represivo ni con la exclusividad”.
Al final, Gerardo Romano justificó su particular forma de poliamor: "Estoy bien así y estoy estable. Estas relaciones de las que hablo son estables, aunque sean cuatro o cinco. No voy a desprenderme ni interrumpir una relación amorosa que tengo hace 40 años por alguien que conozco hace uno. Si alguien nuevo me interesa para entablar como el que tengo hace 35 años, lo incorporo a mi vida. Si se opone con la que ya tengo, probablemente cese la nueva relación".