La semana pasada, Gastón Trezeguet (40) decidió escribir una fuerte carta abierta en la que reveló que es portador de HIV, como respuesta a las peligrosas e incorrectas declaraciones del doctor Abel Albino (71), quien había afirmado en el ámbito del Senado de la Nación que "los preservativos no sirven contra el sida" ya que "el virus atraviesa la porcelana".
"Después de Gran Hermano, empecé en un mundo de descontrol. Me drogaba y emborrachaba para tener sexo, porque sobrio no podía. No me cuidaba, en ningún sentido de la palabra".
"Cuando salen con declaraciones de este calibre es imposible que sea ajeno al tema, porque me toca, porque me afecta, porque lo que ustedes piensen y cómo ven a un enfermo es lo que más nos afecta. Logramos que entiendan que no somos peligrosos, que no nos tengan miedo", exclamó el ex Gran Hermano 2001. Tras la repercusión por su texto en las redes, Trezeguet le concedió una entrevista a la revista Gente, en la que contó cómo fue que se contagió: "Después de Gran Hermano empecé en un mundo de descontrol. Me drogaba y emborrachaba para tener sexo, porque sobrio no podía. No me cuidaba, en ningún sentido de la palabra. Pero un día, en un rapto de lucidez, pensé que si existe el HIV me lo tendría que haber agarrado; entonces, cada seis meses me fui haciendo los estudios".
"Una mañana, cuando estaba produciendo AM, empecé a toser mucho… Con el correr de los días no se me pasaba. Tenía 35 años y le echaba la culpa al pucho, pero en lo más íntimo sospechaba que ya tenía HIV".
“Al principio me acompañaba mi mejor amiga a buscar los resultados, y siempre me daban negativo. Pero una mañana, cuando estaba produciendo AM (el ciclo de Vero Lozano y Leo Montero en Telefe), empecé a toser mucho… Con el correr de los días no sé qué me pasaba. Tenía 35 años y le echaba la culpa al pucho, pero en lo más íntimo sospechaba que ya tenía HIV. Volví a hacerme los análisis, aunque no habían pasado seis meses del último. El día que me iban a dar los resultados estaba tan pasado que ya tenía programado ir a bailar, sin importarme qué datos iban a aparecer. Esa vez, en lugar de darme el sobre, me hicieron pasar al consultorio, porque el médico me quería explicar cómo empezar el tratamiento. Yo me fui sin escucharlo: no quería aceptar la enfermedad”, continuó.
"Al mes caí, y me agarró una depresión enorme. No podía salir de mi cuarto. Iba a trabajar y a la hora me escapaba corriendo. No sabía qué hacer con mi vida”.
Además, el productor televisivo explicó: “Por unas semanas viví como si me hubiesen dicho que tenía fiebre… Al mes caí, y me agarró una depresión enorme. No podía salir de mi cuarto. Iba a trabajar y a la hora me escapaba corriendo. No sabía qué hacer con mi vida”.
"Llamé por teléfono a mis padres y a mis dos hermanas y les conté que tenía HIV: vinieron todos corriendo a casa. Mis viejos están separados desde que tengo siete años y ésa fue la última vez que los vi a todos juntos, uniéndonos en un abrazo. Fue bueno sentirme apoyado".
Por otra parte, manifestó cómo fue contarle a su familia: "Llamé por teléfono a mis padres y a mis dos hermanas y les conté que tenía HIV: vinieron todos corriendo a casa. Mis viejos están separados desde que tengo 7 años y ésa fue la última vez que los vi a todos juntos, uniéndonos en un abrazo. Fue bueno sentirme apoyado. Pero yo seguía bajoneado con mi diagnóstico y lo publiqué en Twitter".
Más tarde, Trezeguet contó: "Mi mamá primero se enfureció. '¡Te cagaste la vida, pelotudo!', me gritó. Pero después me abrazó muy fuerte y lloramos juntos. Ella estuvo siempre a mi lado, incluso me acompañó al infectólogo. Ahí comprendí que si soy riguroso y constante con la medicación no me voy a morir. Pedí licencia en el trabajo. No quería ni asomar la cara a la calle, al punto de que mi mamá me iba a buscar los medicamentos. Eso sí, le tenía miedo al señalamiento social. Nada te mata, aísla y deprime más que el estigma de la enfermedad".
Al final, Gastón Trezeguet admitió que siempre aclara en sus citas que es portador del virus HIV: "Lo cuento, porque si no le digo a esa persona que estoy negativizado siento que lo traiciono. Y no porque yo pueda transmitir el virus, ya que está indetectable desde hace seis años. No tengo problema en decirlo…".