Fátima Florez y la experiencia mística que le salvó la vida a su marido: "No sé qué era, pero creo que estamos conectados con Dios"
La humorista reveló en la mesa de Mirtha Legrand la increíble historia que vivió cuando Norberto Marcos tuvo un preinfarto. ¡Mirá!
Fátima Florez construyó su carrera sobre el humor y su don para la imitación. Esta vez sin risas, en la mesa de Mirtha Legrand, compartió una experiencia dolorosa que le tocó vivir cuando su marido Norberto Marcos sufrió un preinfarto y la experiencia mística que vivió en ese momento, a la que atribuye que él se haya salvado.
"Vino una enfermera y le dijeron que se podía volver a casa. Cuando nos estábamos yendo, dimos dos pasos y apareció una persona, que no sabemos de dónde salió, una médica, asumimos, toda vestida de blanco. No vino ni de adelante, ni de los costados, ni de atrás. Nos estábamos yendo y esta persona nos frenó. Lo increpó a mi marido de manera imperativa y le dijo 'señor, usted se queda acá'".
"La primera vez que mi marido tuvo un problema en el corazón pensó que tenía algo en el estómago y se tomó un vaso de leche porque creía que tenía acidez. Se suelen confundir los problemas digestivos con los cardíacos. Él me decía 'me tomo esto o una pastilla y ya está'. Y yo tuve algo de intuición, algo que me mandó Dios y le dije 'no, vamos al sanatorio porque no me quedo tranquila", relató en el almuerzo de Mirtha.
"Le terminaron poniendo dos stents. Si nos íbamos creo que se descomponía en casa y no la contábamos. A esta mujer nunca más la vimos, no supimos cómo se llama, preguntamos y no sabemos de dónde salió. No sé qué era. Cada vez que lo cuento se me pone la piel de gallina".
"Fuimos al sanatorio Güemes, lo vio una persona en la guardia, le hicieron un electro y aparentemente le dio bien. Vino una enfermera y le dijeron que se podía volver a casa. Cuando nos estábamos yendo, dimos dos pasos y apareció una persona, que no sabemos de dónde salió, una médica, asumimos, toda vestida de blanco. No vino ni de adelante, ni de los costados, ni de atrás. Nos estábamos yendo y esta persona nos frenó. Lo increpó a mi marido de manera imperativa y le dijo 'señor, usted se queda acá'", contó.
"Regresamos, le hicieron más estudios y ahí me dijeron que se tenía que quedar para que le hagan más estudios y que era muy posible que lo tuvieran que operar. Le terminaron poniendo dos stents. Si nos íbamos creo que se descomponía en casa y no la contábamos. A esta mujer que apareció nunca más la vimos, no supimos cómo se llama, preguntamos y no sabemos de dónde salió. No sé qué era. Cada vez que lo cuento se me pone la piel de gallina. Creo que estamos conectados con Dios y gracias a eso mi marido se salvo", finalizó Fátima Florez sensibilizada por lo que le tocó vivir.
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