La conmovedora historia de Iñaki, finalista de MasterChef Junior: con 12 años, cocina para ayudar a gente que vive en la calle
En Telenoche mostraron cómo el chico pone su habilidad, su música y sobre todo, su compañía al servicio del otro.
Uno de los participantes que despertó ternura en MasterChef Junior fue Iñaki, un nene de 10 años que se compró el corazón de los televidentes y que consiguió llegar a la final del reality gracias a su pasión por la cocina. Hoy el chico tiene 12 años y en Telenoche mostraron una faceta desconocida: el trabajo solidario que hace en Fundación Sí, en el que pone a disposición sus manos para preparar platos, colaborar con los quehaceres de la ONG y sobre todo, ponerse a disposición de la gente que vive en la calle.
"Por ahí un día en la fundación te toca cocinar pizzas y otro seleccionar medias, pero siempre va a ser para ayudar y hacer algo para el otro. En época de clases voy una, pero en vacaciones voy todos los días prácticamente".
"Generalmente me voy a la mañana, me tomo el colectivo, llego a la fundación, entro y lo que haya que hacer ahí lo hago. Por ahí un día te toca cocinar pizzas y otro seleccionar medias, puede ser cualquier cosa pero siempre va a ser para ayudar y para hacer algo para el otro", le contó Iñaki a Sofía Jujuy Giménez, que se sumó al noticiero de eltrece. "En época de clases voy una, pero en vacaciones voy todos los días prácticamente. Todo es amor, todo es solidaridad y estamos ahí para ayudar al otro", aseguró el chico que quedó en el tercer puesto del reality show que conducía Mariano Peluffo.
"El propósito no es entregar comida. El propósito es entregar compañía, tu tiempo y pensar que a esa persona le pasaron miles y miles de personas por delante y 5 le dijeron ‘hola’".
Además, Iñaki no solo cocina, también canta y toca el ukelele, instrumento que lo acompaña en las recorridas nocturnas de la fundación donde lleva a las calles mucho más que alimentos. "El propósito no es entregar comida. Se entrega un chocolate o una galletita para crear un vínculo y poder empezar a charlar y que te tenga confianza. El propósito es entregar compañía, tu tiempo y pensar que a esa persona le pasaron miles y miles de personas por delante y 5 le dijeron ‘hola’", afirmó.
Manuel Lozano, director de Fundación Sí, reflejó como Iñaki "la tiene claísima": "Un día nos sorprendió a todos. Él estaba haciendo una zona, que no es la que hace comúnmente, estaban charlando con unas personas que comúnmente visitamos y apareció una vecina muy enojada porque los chicos estaban ayudando a una persona. Estaba a los gritos, muy violenta y en un momento les dijo ‘¿ustedes creen que le van a cambiar la vida a este señor?’, ‘no sé para qué vienen’. Iñaki la miró y le dijo ‘nosotros no venimos a cambiarle la vida, nosotros venimos a acompañarlo y si desde ahí se puede hacer algo, genial’".
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