En medio del delicado momento personal que atraviesa luego de dos internaciones en apenas 15 días, Chano Moreno Charpentier visitó Morfi, todos a la mesa. El cantante abrió su corazón y habló sin tapujos sobre su espinoso problema de adicción a las drogas. “Yo quiero estar limpio y por momentos no, por eso la ciencia no lo entiende. Es muy solitaria la vida de la falopa (sic) y es una basura. Si me muero, que le pongan Ciudad mágica de nombre a una estación del subte J no me sirve de nada, mi idea es la de un tipo normal, juntar unos mangos e irme a una casa al lado de la playa”, aseguró el exlíder de Tan Biónica.
"… ja ja… no, no tengo más… Puede revisarme la policía", bromeó Chano y Rozín completó: "Afortunadamente, no tiene más. Un mensaje más, a ver. A mí ni me miren. Otro, siga, siga, Lamolina".
En medio de la charla intimista con Gerardo Rozín, Chano tocó algunas canciones en el piano para distender el clima. El conductor abrió el juego a los espectadores, que dejaban sus mensajes para el cantante a través de las redes sociales. Pero pasó algo que nadie esperaba… Uno de los recados no pasó el filtró de la producción y la locutora leyó al aire las desafortunadas palabras (que también aparecieron en el graph).
“Está lleno de mensajes divinos para Chano. A ver…”, dijo Rozin. “Isaias: Chano, convidame de la buena, genio”, leyó la locutora. Si bien el silencio inicial y las muecas de incomodidad fueron indisimulables, el músico y el periodista sortearon con buen tino la particular situación. “… ja ja… no, no tengo más… Puede revisarme la policía”, bromeó Chano. “Afortunadamente, no tiene más. Un mensaje más, a ver. A mí ni me miren. Otro, siga, siga, Lamolina”, completó Rozín, en referencia al recordado árbitro de fútbol Francisco “Pancho” Lamolina.
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