Cuando Cabito Massa Alcántara (47) tomó la decisión de hacerse la operación de bypass gástrico fue contando a través de Basta de todo, el ciclo radial que lo tiene como coconductor, las instancias que lo llevaron a someterse a la intervención. "A veces no alcanza con la voluntad para estar mejor y tenemos que confiar más en la ciencia y ponerte en mano de los médicos para poder lograr el objetivo, que es estar bien. Sin salud es imposible encarar absolutamente nada en la vida, no sólo con lo que tiene que ver con lo laboral, sino con las relaciones personales también", decía el actor. Hoy, después de bajar 70 kilos de los 170 que llegó a pesar y con la meta de pesar 85 kilos cuando cumpla un año de su intervención, su vida dio un cambio drástico más que positivo.
"Sólo hago ejercicio anaeróbico porque tengo que recuperar masa muscular. Estoy levantando pesas, haciendo fierros y tengo un personal trainer al lado todas las mañanas en el gimnasio".
La revista Paparazzi lo fotografió a la salida de la radio donde un detalle muestra la gran cantidad de peso que viene perdiendo: ¡allí aparece agarrándose los pantalones para que no se le caigan! “¡Estoy en culo!”, le dijo a Ciudad con humor, al ser consultado sobre cómo estaba a 4 meses de su operación. “Estoy muy bien de salud, entrenando mucho. Hacía mucho tiempo que no lo hacía, de pendejo. Tipo 30 abandoné porque me rompí la rodilla y ahora estoy volviendo”, relató.
-¿En qué consiste el entrenamiento?
-Sólo ejercicio anaeróbico, tengo que recuperar masa muscular. No estoy haciendo nada aeróbico como correr, estoy levantando pesas, haciendo fierros y con un personal trainer al lado todas las mañanas en el gimnasio. No es que hago lo que se me antoja. Como alumno soy súper obediente, tengo un 10 felicitado. Para eso no soy vago, lo soy para otras cosas.
"El principal cambio es que no soy más diabético y tengo mejor movilidad. Ahora estoy 10 puntos y aparte no como nada. No puedo llegar a comer una empanada sin repulgue".
-¿Cuál son los principales cambios que notás después de la operación?
-Lo principal es que no soy más diabético y no tomo medicamentos para la diabetes. Y después también la movilidad. Ahora estoy 10 puntos y aparte no como nada. No puedo llegar a comer una empanada, sin importar el tamaño, y el repulgue tampoco lo puedo comer.
-¿Cómo se siente esto del deseo por comer más que podés llegar a tener y lo que tu cuerpo puede tolerar?
-Te operás la panza, pero no la cabeza. Yo sigo sintiendo olor a asado y me dan ganas, pero la proteína es lo que más me cuesta digerir, por lo menos en esta etapa. Después al año comés como una minita, como una chica que se cuida. Digamos, una milanesa de las chiquitas con apenitas de puré, una milanesa del tamaño de un CD, pero eso va a ser recién al año.
"Presenté un recurso de amparo porque yo me quería operar con un médico que mi obra social no tenía. Terminé garpándola y ahora estamos con abogados para que me la reconozcan".
-¿Cómo funciona el tema de las obras sociales y cómo fue en tu caso?
-Las obras sociales la cubren y en mi caso presenté un recurso de amparo porque yo me quería operar con Oscar Brasesco, que es el uno operando. Mi obra social no lo tenía, así que la garpé y ahora presenté un recurso de amparo para que me la reconozca. En una instancia así, esto es una cirugía mayor, si bien tengo 3 puntitos de medio centímetro y las obras sociales deberían ampararte para que te puedas operar con quien consideres que para tu aflicción es el mejor profesional. Lo que yo gastaría como enfermo diabético y con las complicaciones que pueda llegar a tener en el futuro les iba a salir mucho más caro. Ahora estamos con abogados.
"Hoy sé que me voy a morir de cualquier cosa, menos de gordo. Tal vez me pise un tren mañana, pero no voy a morir de gordo, no por los problemas que trae la obesidad".
-Mucha gente sufre de obesidad y piensa en la operación como su última oportunidad para tener una mejor calidad de vida o directamente para vivir. ¿Qué consejo les darías?
-Yo lo conté para que mucha gente tome la decisión. Si me operé yo, se puede operar cualquier porque yo soy re cagón. Hoy sé que me voy a morir de cualquier cosa menos de gordo. Tal vez me pise un tren mañana, pero no voy a morir de gordo. No voy a morir por los problemas que trae la obesidad. Me despertaba mucho de noche, dormía muy mal y ahora duermo 8 horas de corrido y me levanto lo más bien. Tenía narcolepsia, apneas, me dormía en cualquier lado y no lo podía evitar. Como no dormía de noche, dormía 2 horas y me despertaba. Ahora no tengo sueño, o tengo sueño si trasnocho como cualquier persona normal. Descanso bien, no ronco tanto y mil cosas con las que uno acostumbraba a vivir, como quien se acostumbra a vivir con un dolor. Yo lo conté para que la gente se anime. Hay muchos que conocés que bajaron de peso y les va bien y no cuentan que se operaron. ¡Hay un montón! Yo no voy a decir quiénes, ni voy a andar evangelizando. Es como el que es homosexual, el que lo quiere contar, que lo cuente y el que no, no. Con la operación es lo mismo. Yo lo conté y hay muchos que se animaron y me dijeron ‘por vos fui a la consulta’, ‘por vos y me voy a operar’. Es mi manera de ver la vida, qué se yo. Es la mía, los demás que hagan lo que quieran. Con que uno se opere porque yo lo conté, para mí vale la pena.
Fotos: Revista Paparazzi