Con todo lo que pasó tras su ruptura con Floppy Tesouro, la imagen de Matías Alé oscila entre el romanticismo y la picardía (sobre todo con las mujeres, claro). Es que por más que se sabe que el galán (o villano) del momento tiene una extrema debilidad por el sexo opuesto, en la gala de Bailando 2012 se atrevió a la cumbia y aprovechó la pista para pedir perdón, con lágrimas en los ojos.
"Evidentemente todavía no me doy cuenta todavía de que necesito estar solo y lamentablemente he lastimado un montón gente en el medio. Es un error mío y me hago cargo. Quiero enfrentar una relación y después me mando un montón de errores. Pido perdón si generé dolor. No sé hoy estar en pareja, me es muy difícil”, confesó Alé.
Frente a tales palabras, en un rol cercano al de un gurú sentimental, Marcelo Tinelli le dio consejos al concursante, que los tomó con mucho cariño. "Si vos te valorás vas a hacer las cosas que vos sientas y no actuar por el deseo de otros", le dijo a Alé.
Pero en la charla no todo fue seriedad, porque antes Alé tuvo que aclarar que no había estado de novio ni con Ayelén Paleo ni con Andrea Esteves y lanzó una particular explicación sobre su estado civil. “Después de mi relación con Graciela Alfano me liberé en el buen sentido. Debo tener el problema de Michael Douglas. Tendré que verlo en terapia”, sugirió dando a entender ¡que es adicto al sexo! ¿Algo más, Alé? Antes de eso, declaró que los mensajes a sus exs mientras estaba de novio no tenían ninguna intención oculta...
Después de la última catarsis emocional, el concursante abandonó la pista con 39 puntos y se despidió con una frase “maradoniana. “Como dijo un maestro, yo me equivoqué y pagué. Pero el teléfono no se mancha”, afirmó en referencia al público, que lo salvó en la última sentencia.