Pese a llevar una vida muy sana, que incluye la meditación, el sentido de la espiritualidad y el ejercicio, Federico Ribero debe enfrentarse a un terrible e impensado desafío. El mejor amigo de Marcelo Tinelli padece cáncer de pleura (membrana que recubre los pulmones), por lo que se encuentra en una intensa lucha contra esta grave enfermedad.
En los tiempos libres, el conductor de ShowMatch y el empresario gastronómico pasan sus tardes en la quinta, ubicada en Tortuguitas, que ellos denominaron El Templo de la Amistad. Allí comparten asados, juegan al fútbol y recuerdan viejas épocas.
Marcelo, que apoya en todo momento a Ribero, habló con la revista Gente sobre su gran compinche: “Cuando Fede se internó, yo estaba camino a Punta del Este. Al llegar me enteré y así como estaba, regresé a Buenos Aires para estar lo más cerca posible. La noticia nos tomó por sorpresa”.
El conductor puntualizó en lo que significó para él ver cómo su amigo enfrenta esta difícil situación: “Fede me cambió la vida, me enseñó a verla de otra manera. Me sumó el arte de vivir, acercándome a una filosofía que desconocía. Siempre le voy a estar agradecido. Realmente experimenté grandes cambios. Intento cuidarlo, aconsejarle que no venga (a la quinta), pero insiste con que esto le hace bien, entonces hay que acompañarlo. El amor cura y no tengo dudas que aquí se está curando”.
Por último, Tinelli reveló un pacto que hizo con su amigo y otros compañeros de Ribero: “Hemos hecho una promesa grupal: el día que Fede finalmente se sane, cada uno de nosotros deberá hacer algo que le cueste mucho. Yo me comprometí a hacer el curso Fase 2 de El Arte de Vivir, que me exige estar en silencio y con el celular apagado durante 48 horas”.
Marcelo Tinelli y Federico Ribero: amigos en las buenas. Y en las malas, mucho más.