Sin que la voz de Gran hermano hiciera anuncio alguno, Jorge Rial abrió la puerta de la casa y se mandó, así de tranquilo como si se tratara de la propia. Los participantes, que estaban tomando aire fresco en el patio, al verlo saltaron emocionados para recibirlo. Leandro fue el único que no le dedicó un saludo cálido al conductor.
La alegría y los chistes por la presencia del Rial en la casa duró apenas unos minutos, de inmediato se impuso un clima serio en el que el conductor se dedicó a escuchar a cada uno los hermanitos. Uno a uno fue deshaciendo sus argumentos sobre el tema en cuestión: la sanción por los destrozos dentro de la casa. Rial fue manejando la charla hasta que los mismos participantes se mostraron confiados de que el público los iba a apoyar para no ser sancionados.
Al mismo tiempo, recalcaron que la “rebelión” que hicieron contra la producción les sirvió para conocerse un poco más y, al mismo tiempo, tomar partido por diferentes bandos: “Tenemos actitud grupal. Podemos opinar diferentes, pero cuando tomamos una decisión grupal lo sostenemos”, argumentó “el galán de las ovejas” Martín Pepa para ser retrucado inmediatamente después por Alejandro: “Yo no concuerdo con todo. No me gusta la rebelión”
Mientras tanto, Leandro, miraba todo con los brazos cruzados y cara de pocos amigos. De hecho, fue el único que se le animó a discutirle con fuerza a Rial: “Creo que mucho de lo que pasa en la casa ustedes lo muestran editado de tal manera que no refleja lo que somos en realidad”.
Así, pasaron más de 30 minutos de justificaciones, disculpas y contraataques, donde más de uno de los chicos estaba convencido de que la gente no los iba a dejar pasar hambre. Finalmente Rial les mostró que más de un 80 % de los televidentes votó a favor de que Gran hermano los sancione: no les diera por ganado el desafío para obtener el presupuesto por alimentos, con lo cual se les reducirá la cantidad de dinero esta semana.
Tan convencidos estaban algunos que al ver que el “Si” (para que se haga firme la sansión) había ganado, confundidos comenzaron a festejar, pero al advertir la realidad se escuchó: “Nos odian”, dijeron casi a coro mientras se daban cuenta que jamás se le puede ganar a la casa. ¡Mirá el video!