Puntual, a las 21.30 hs. como se había anunciado, con la imagen aérea de la casa y una voz que anunciaba que "era la de siempre, pero distinta", y que "lo que antes estaba prohibido ahora podía ser", se lanzó la séptima edición de Gran Hermano, si se incluye la versión "famosos" que tuvo lugar en 2007.
Jorge Rial se mostró ansioso, contento, y con muchas ganas de contar las novedades que se fueron devalando paso a paso.. Luego llegó el turno de la presentación de Martín - uno de ellos-, pampeano, canchero, ganador y adicto a la tecnología, y con él se lanzó la edición 2011 que, al decir del conductor de "Intrusos 10 años", es "el padre de los realitys".
Sin embargo, además de ser las nuevas reglas un secreto que se esperaba, la mayor expectativa estaba puesta en el ingreso del participante número "19", una incógnita que había sido fogoneada durante toda la semana, especialmente por Rial en su Twitter.
En el medio ingresó una forense, un ex niño golpeado, una madre soltera, un adicto al juego, una homosexual y un cheto, entre otros. Luego, se abrió la puerta para que ingresara el "hermanito 18" y Alejandro cruzó la puerta. Nada extraño en él. Pero acto seguido, en una estrategia por lo menos rara, ingresaron Jessica y Emiliano. Claramente la intención era despistar, pero el concursante "19" seguía siendo el "19". A simple vista, esta dupla de concursantes no mostraba ninguna característica particular, y fue entonces que el conductor decidió volver atrás para detenerse en Alejandro Iglesias, "el 18".
Pidió que fuese él quien contara su historia, y apareció en pantalla un fragmento de su casting en donde contaba que tenía una disforia de género y que había sido Silvia, pero siempre se había sentido Alejandro. Contó también que su intención era ganar el juego para poder cambiar de sexo, y que contaría su historia en la casa cuando se diera el momento.
Con este relato, se había develado el misterio. Chicas quedaron las nuevas reglas del juego, como la inclusión del azar por medio de unas cartas y la obligación de compartir entre cuatro una cama.
La historia de Alejandro es la novedad de esta nueva era, y desde ayer la producción y el público se pondrá a la espera del momento que él elija para contárselo a sus compañeros: ¿Llegará rápido el momento?, ¿tardará?, ¿llegará?