Pocos momentos quedan grabados en la memoria para siempre. Uno de ellos será, sin dudas, el show que brindó anoche Paul McCartney en el Estadio River Plate, después de 17 años de su última visita.
Tanto lo esperamos que la noche pasó demasiado rápido. De negro, con camisa y tiradores, Paul se hizo presente y en seguida, el aire se tornó diferente. Era él: El mismísimo Paul McCartney y su mística Beatle sobre el escenario.
Euforia, nostalgia, alegría. Un padre y su hija lloran emocionados. Eso es Beatlemanía. Comenzaron a sonar los primeros acordes de "Venus and Mars", de su época de Wings, el primer grupo que formó tras la separación de Los Beatles.
En seguida, el estallido total. De la mano de “All My Loving”, el músico, que a los 68 años se encuentra en perfecto estado físico y mantiene intacta su voz, hizo vibrar al público, que por momentos llegó a sentir el espíritu de los sesenta en la sangre.
En total, Paul McCartney tocó 39 temas, entre los que no faltaron clásicos como “Hey Jude”, “I´m Looking through you”, “Blackbird”, “Let it Be” y “Live and let Die”, entre muchos otros.
El momento más emotivo de la noche llegó de la mano de dos grandes homenajes. El primero fue a su amigo del alma, su queridísimo John Lennon, a quien Paul le cantó “Here Today”. Y a George, a quien le dedicó “Something”, enganchada con “A day in the Life” y “Give peace a chance”.
Ya el reloj marcaba más de las once de la noche, pero el público pedía más. “Hay que ir a dormir”, bromeó McCartney, quien en varios momentos de la noche pronunció frases en español.
Pero no queríamos dormir, queríamos seguir soñando. Entonces llegaron los últimos tres temas: “Yesterday”, “Helter Skelter” y “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, los cuales cerraron el concierto de Paul McCartney en Argentina en una noche superlativa, que nos acompañará por siempre.
Hasta pronto, Sir.