Katherine Heigl y Josh Kelley quisieron pasar una tarde inolvidable en el jacuzzi de su casa en Los Ángeles pero parece que se les fue la mano. Los vecinos se quejaron por ruidos molestos.
¿Para tanto habrá sido? Parece que sí. Según los vecinos, los ruidos atravesaban el cerco y llegaban hasta sus casas por lo que no dudaron en llamar a la policía.
El hecho ocurrió el lunes cuando la pareja se liberó de su hija adoptiva y aprovecharon para pasar un lindo momento juntos. Pero un vecino irrumpió con la tranquilidad y comenzó a gritar obscenidades en protesta por los ruidos.
¿Conclusión? El vecino ya había tenido otros problemas con gente de la zona y todo terminó en la nada pero a ellos les arruinaron una tarde de tranquilidad.