Dicen que uno nunca termina de conocer a su pareja. Y sino, pregúntenle a Mike Weatherley, un político conservador de Inglaterra, quien fue el último en enterarse de que su mujer era, nada más ni nada menos, que una prostituta.
El asunto es el siguiente: la esposa de este hombre, un político de 53 años, trabaja por 70 libras la hora, como prostituta, en diferentes hoteles. Su marido se sinceró ante la prensa diciendo que no sabía nada al respecto y agregó: "Estoy en un horrible 'shock'... gracias por dejarme saber".
Weatherley explicó que desde febrero de este año se encuentran en un proceso de divorcio. "Seguimos en contacto, almorzamos todas las semanas, seguimos siendo buenos amigos", comentó refiriéndose a quien todavía es su esposa.
Todo comenzó cuando el diario The Sunday Mirror publicó fotos de Carla, la mujer del gran secreto, en ropa interior. El periódico envió en mayo a uno de sus reporteros a un "salón de masajes" y preguntó por los servicios de la mujer, que se hacía llamar Bea. Entonces el escándalo no tardó en llegar.
Carla Adriana de 39 años, ya ejercía la prostitución en Brasil, cuando unos diez años atrás la conoció Weatherley.