Las balas le pasan por el costado a Reina Reech. Más allá de algunos encontronazos con Carmen Barbieri y Ricardo Fort, la jurado de Bailando por un sueño cultivó un perfil bajo en la temporada más caliente y exitosa del programa que rompe todas las agujas del rating.
“En todos los conflictos que hubo, elegí quedarme pintada como un poste, porque no me interesa la agresión. Sólo se me escaparon dos gestos desagradables por no querer discutir(le hizo fuck you a Amalia Granata) hasta que dije ‘basta’: a partir de ahora me ato el dedo mayor y levanto el índice para pedir silencio”.
Mientras la televisión, cada vez más adicta a mirarse al ombligo, desmenuza y analiza cada minuto de ShowMatch, Reina Reech cree que el motivo de semejante caudal de televidentes cada noche. “Es el año en el que se hizo más reality life (reality de la vida): desde el romance y la ruptura de Ricardo Fort con Virginia Gallardo, pasando por Tito y su gigantografía, el casting de novia para Fort, las novias para Marcelo, el show de la Mole Moli y los distintos conflictos que van surgiendo entre los participantes y el jurado. Lo que veo como común denominador de ShowMatch es que antes del Bailando, Marcelo hacía 30 puntos de rating jugando con una guía de teléfono y llamando a la gente al tun tun, y hoy hace 30 puntos jugando con la Mole Moli, Coki, Fort, Virginia Gallardo, un perro, un gato que lo araña… El busca una forma de conducir hacia el humor que rinde, y este año jugó más que nunca con esto de la telenovela humorística dentro del programa. Y el baile se vio un poco más relegado, claro”.
-¿A Coki le ves condiciones para mantenerse en los medios o su fama será pasajera?
-A diferencia de otros personajes que pasaron por el programa, Coki tiene un sustento artístico: es una muy buena cantante. De hecho viene trabajando hace años con la música, buscando un lugar en el medio. Y cuando tuvo sus cinco minutos de fama los aprovechó mostrando lo que puede dar en un escenario, a diferencia de un Tito que era sólo un guardaespaldas y no un humorista, o Laurita, que era sólo una modelo sin otro talento para mostrar, y por ende se esfumaron.
Fort es un gran generador de producciones mediáticas. Y al público lo entretiene, ya sea porque le gusta o porque no.
-Con tu experiencia como directora artística de espectáculos teatrales, ¿Coki es un personaje que convocarías para una obra?
-Justamente ahora estoy trabajando junto al productor Carlos Bacchi para una propuesta teatral en Buenos Aires, y él me dijo que le proponga estar a Coki. De todas maneras ya estábamos en tratativas con Valeria Lynch y Patricia Sosa, y obviamente prefiero crear para ellas como primeras figuras que son, pero Coki me parece un buen elemento para sumar. Tiene talento y sobre todo actitud para poder capitalizar la fama que le dio Marcelo.
-Hablando de capitalizar la fama, cuando Ricardo Fort irrumpió en la televisión se especuló con su duración en los medios. ¿Le ves pasta para mantenerse una vez que deje de trabajar con Tinelli?
-Estar en el programa de más rating de la televisión siempre te modifica, seas una primera figura como Carmen Barbieri, o una figura mediática que empezó hace menos de un año, como es Ricardo. Pero creo que Fort es un gran generador de producciones mediáticas. Y al público lo entretiene, ya sea porque le gusta o porque no. Nunca pasa desapercibido. Ahora, si me preguntás cuándo se agotará, no lo sé…
-¿Cuánto hay de cierto y cuánto de show en las peleas que se generan en Bailando por un sueño?
-Al haber estado en cinco de estos realities, te puedo asegurar que en los participantes se crea una psicosis que lleva a los conflictos. Algo que se verá incluso más en el tramo final, cuando empieza a jugar el cansancio y hay que preparar una coreografía por semana, entonces se suma el mal humor y el hartazgo.
-Pero también hay peleas fuertes entre miembros del jurado, como la de Alfano y Pachano, que llegó a Tribunales.
-Sí, pero esa pelea yo la percibí más el año pasado. Este año fue sólo la discusión del principio. En su caso no hubo reconciliación, pero en otras peleas sí, y me parece una lástima que cuando se logra hacer las paces haya gente que diga “es poco creíble: primero se matan y después se amigan”, porque cambiar y conciliar entre dos personas es lo mejor que les puede pasar a los seres humanos.
-¿Cómo marcha la relación con tu novio empresario?
-Muy bien, pero es algo muy reciente, hace tres meses que salimos. Nos presentó el Chino D’Angelo (humorista de ShowMatch), y como Marcelo Tinelli también lo conoce, empezó a gastarme al aire y no me quedó otra que asumir la relación. Es la primera vez en nueve años, desde que me separé del padre de mi hijo (NdeR: el actor y bailarín Pablo Lena, con quien tuvo a Bautista), que blanqueo un romance. No me divierte exponer mi vida privada, pero ahora ya está, entonces compartimos lugares mediáticos como un estudio de televisión o un evento donde puede haber prensa.
-Tal vez el haberte visto obligada a blanquear la relación les permita compartir más tiempo juntos y afianzar la relación…
-Compartir más tiempo juntos, sí. Después lo otro lo dirá el tiempo. Cuando las cosas tienen que pasar, pasan.