Como algunas veces hemos dicho, en materia de amor y pareja, cada cual es dueño de elegir lo que prefiera siempre que en lo posible no dañe o haga sufrir a la/las persona/s que esté/n a su lado.
En estos casos, al parecer, el sufrimiento no es parte del vínculo que los une ya que ambos integrantes de la pareja saben que si bien perdieron el deseo entre ellos, el amor aún está presente y la separación no forma parte del trato implícito. ¿Y el sexo? El sexo sí está presente, pero con otros.
Entonces, ¿Qué tipo de amor los une si el deseo ya no forma parte de la relación?
La licenciada en Psicología Marisa Nicolás opina que la pasión tiene un tiempo de duración; "ésta necesita nutrirse constantemente y va ligada al deseo. Ante esta pérdida de la pasión y el deseo, cada cual reaccionará en forma diferente. Están quienes con la desaparición de la pasión renuncian a la pareja ante la frustración de la pérdida o quienes, en cambio, entran en una negociación (permanente) para seguir queriéndose mucho, aunque con la profunda ausencia de la pasión".
Y es en esas negociaciones cuando ciertas veces se abre juego a diferentes posibilidades que también puede incluir a terceros.
Muchos vuelcan todo eso que por una cuestión de años y rutina ya no encuentran en su casa y lo depositan en diferentes lugares. No siempre desemboca en sexo afuera, aunque la apertura hacia otros escenarios puede hacer que se relacione con nuevas experiencias, y por qué no, con otras personas que volverán a llevar la pasión a sus vidas.
"Cada vez hay más gente que acepta que es muy difícil encontrar todos los estímulos en una sola persona", dice el experto en sexualidad Anthony Bogaert, profesor del Departamento de Psicología en la Universidad de Brock, en Canadá y agrega que el amor aspira actualmente a sobrevivir al divorcio pese a los esquemas tradicionales. "Es gente todavía sexual pero que ha perdido el apego erótico por su pareja, no así el romántico", detalla.
Bogaert ve a este tipo de relaciones como una versión más realista y menos cínica del matrimonio. Sin embargo, algunas veces los pactos previos y los códigos diseñados en pareja pueden confundirse cuando, por ejemplo, lo que debía ser sexo afuera se convierte en amor llevado hacia esa nueva relación.
Sobre esto el counselor Luis Vaggelas opina que hay creencias, mandatos religiosos, culturales y familiares que condicionan. "Somos una sociedad monogámica en la que no está legalmente permitido tener dos parejas a la vez", dice el Clor., aunque agrega que "ciertas veces, las emociones hacia otros fluyen generando angustia, crisis, felicidad o placer. Por más que luego se repriman, si se abre juego, puede aparecer la confusión y la sensación de amar a dos personas, aunque sea en forma totalmente diferente".
Y si bien lo ideal sigue siendo poder unir aquello que amo con lo que deseo, no siempre ocurre, o sí, pero por un determinado período de tiempo. Cada cual irá viendo si lo más importante es conservar una relación a lo largo del tiempo, creando nuevas reglas, o si llegó la hora de elegir nuevos rumbos. Mientras tanto, el gris también existe.