Hace una semana Claudia, soltera de 28 años, diseñadora web de una agencia de publicidad esperaba impaciente un timbrazo. A la media hora, el portero eléctrico se hizo escuchar y fue ella quien bajó -entre tímida y misteriosa- a recibir un pedido. Cuando volvió, portaba una pequeña y prolija bolsita de cartón, herméticamente cerrada.
Como si nadie la hubiera visto, la guardó disimuladamente en su bolso. Pero era tarde, ya había despertado la curiosidad de sus dos compañeras de rubro quienes la veían con mirada inquisidora.
¿Qué contenía el paquete? A Aladino. Pero no el de la lámpara, o sí, porque en su presentación aclaraba que "se le puede pedir al genio lo que más te gusta: estimulación vaginal y anal simultáneas, además de estimulación de clítoris". ¡Todo al mismo tiempo!
Ocurre que, según un informe realizado por la agencia EFE, cada vez es más la gente que se atreve a comprar este tipo de implementos sexuales. Tanto, que hay un aumento en las ventas de este tipo de productos en un 50 % en relación a los últimos dos años.
Los favoritos: penes pellizcables que miden la temperatura corporal, anillos para retardar la erección y, en especial, vibradores de toda forma y tamaño. Pueden comprarse en sex shops de todo el país y por Internet, con promesa de entrega a domicilio en una hora.
Sexólogos los recomiendan para ponerle un condimento extra a las relaciones de a dos, o como parte de la terapia en casos de eyaculación precoz. Pero también hay un aumento de su uso en cuanto al deseo de las mujeres de incorporar juguetes a su vida sexual, en soledad o en compañía.
Y si de aumentar el placer se trata, bienvenidos sean.
A propósito, ¿Vos ya probaste? ¿Cuál es tu preferido?
Fuente: EFE