Contrariamente a lo que hacía presagiar su no muy convincente recepción en Cannes, la prensa norteamericana celebró a Tetro -estrenada allí ayer- como "el regreso" de Francis Ford Coppola a su mejor cine. Si bien no la consideran a la altura de clásicos como El Padrino o Apocalypse Now, buena parte de la crítica la considera una "vigorosa renovación artística" o "lo mejor que ha hecho en 30 años".
"Es tentador ver Tetro, una bella fuga sobre el amor, la ambivalencia y dos hermanos que huyen de la sombra oscura de su dominante padre, a través del lente de la autobiografía. Aunque también, el patriarca de Tetro podría ser un autoretrato del director", escribe Manohla Dargis en The New York Times. "Las intensas pasiones entre hermanos es un tema que Coppola ya visitó antes, en El Padrino y La ley de la calle -continúa-. Tetro se centra en la relación entre Bennie, de 17 años, y su hermano mayor (Vincent Gallo), un personaje cosmopolita que dejó su tierra para llevar una vida bohemia en Buenos Airss marcada por despertarse tarde, idilios de café, personajes coloridos y placeres eróticos."
"La película fue filmada en un lustroso blanco y negro y en video digital, con gran belleza visual. Con algunas gloriosas tomas de las montañas de la Patagonia, la película encuentra a Coppola lejos de las convenciones de Hollywood. Se siente como un trabajo de transición, pero uno inspirado, la creación de un director que, a los 70 años, ha comenzado una nueva aventura. Lo cual es un signo de una vigorosa renovación artística".
En Village Voice, J. Hoberman observa que Tetro es "el paso dos en la reinvención de Coppola como un cineasta autofinanciado que trabaja fuera de Hollywood, Tetro es un gran avance respecto a Youth Without Youth. Un trabajo de gran atmósfera, filmado en suntuoso blanco y negro, con flashbacks en color, Tetro redime las pretensiones de La ley de la calle y mejora las desastrosas Cotton Club, Jardines de piedra, Tucker, El Padrino III, Drácula, Jack y El poder de la justicia."
La crítica habla de la vida de Tetro en el "atmosférico barrio portuario de La Boca" y dice que es un filme "de estilo antiguo, casi anacrónico en sus aspiraciones, una película de arte que podría haberse hecho en 1965 y cuyas inspiraciones parecen ser Orson Welles, Carol Reed, el primer Fellini y Polanski".
Para cerrar, dirá: "Más allá de sus exageraciones, Tetro no es un proyecto, exuda entusiasmo y amor por el cine. Y viniendo de un cineasta de 70 años, ofrece la mejor evidencia de lo que es tener juventud sin juventud".