Juan Carlos Lopéz es remisero, misionero y uno de los hombres más envidiados del momento por la platea masculina, sin facha ni billetera logró conquistar a las gemelas Liliana y Marisa Kuegler. Un crack.
¿Qué tiene Juan Carlos López que no tengan el resto de los hombres? Simplemente suerte, valentía y mucho coraje, atributos que escasean en la mayoría de las personas y que nunca se presentan al mismo tiempo. Juan Carlos Lopéz es remisero, misionero y uno de los hombres más envidiados del momento por la platea masculina, ya que sin facha ni billetera logró conquistar a las gemelas Liliana y Marisa Kuegler, dos gringas rubias despampanantes como modelos de almanaques.
Esta pareja de tres miembros, con todo el amor que se expresan entre ellos, estuvo de invitada en el living de Susana Giménez, un lugar por donde han pasado las figuras más prestigiosas del momento y los freaks más simpáticos del mercado. Esta vez, tras una pulseada con otros programas que querían desesperadamente al "trío del amor", Susana se puso de nuevo a la vanguardia de los personajes atractivos en busca de fama.
"No nos consideramos dos personas diferentes, sino una sola. Nos complementamos una a la otra y formamos un solo individuo nuevo", afirmó Liliana (o quizás fue Marisa, pero como son tan parecidas no es posible saber cuál habló). Ellas, a modo de adelanto, fueron entrevistadas primero por la diva de los teléfonos, que nunca dejó de sorprenderse por lo natural que estas chicas describían una situación impensada para la mayoría. Susana, con los ojos y la boca abiertos como el lobo de los dibujitos animados, no podía creer nada de lo que escuchaba.
Y finalmente, tras la introducción de las gemelas fantásticas, hizo su entrada triunfal Juan Carlos López, que ante el grito de "ídolo" ingresó al estudio de Susana Giménez saludando como si fuera un político en campaña. Relajado, como si no supiera que está haciendo carne una de las fantasías más morbosas del universo masculino, se sentó entre las dos y les comió la boca a sus novias sin pedirle permiso a nadie y sin que una se ponga celosa de la otra.
Lo llamarán ídolo, bígamo, loco o suertudo. Lo cierto es que Juan Carlos López entrará a la galería de personajes que prosperan en el tiempo por los 15 minutos de fama. En unos años, haciendo un esfuerzo mental recordaremos a este muchacho con cara de picarón que sin perder jamás la alegría abrazó a sus dos lindas novias frente a una de las audiencias más grandes de la argentina.
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