Emocionada, como pocas veces, en una faceta distinta y casi irreconocible se la vio a Susana Giménez, luego de que sea oficializado su madrinazgo en la Fundación Favaloro.
Y sí bien recordó a su fundador con mucho cariño, no tardó en abandonar el motivo principal de la nota, y aprovechó el micrófono de "Am, antes del mediodía" para embarcarse en el reclamo de seguridad que, por estas horas, se ha hecho colectivo en el ambiente televisivo.
Ya lo había hecho a principios de este año cuando su amigo y florista, Gustavo Damián, fue asesinado por un grupo de delincuentes. En ese momento, su famosa frase "el que mata tiene que morir", había sido el fosforito que habría hecho explotar una seguidilla de declaraciones que causaron estupor en la sociedad.
Pero hoy, meses más tarde, la historia vuelve a repetirse. Ayer Susana Giménez tomó el guante, pero no fue ella la encargada de abrir el juego.
Marcelo Tinelli, tras la decisión de incluir en su programa un espacio dedicado a los sueños y a los más necesitados, se despachó con críticas profundas hacia los gobernantes de turno y reservó un espacio para hablar del caso de Fernando Cáceres, de la inseguridad en general y del poco valor que se le da a la vida.
Al otro día fue el turno de Mirtha Legrand que, amparada en el primer paso que había dado Tinelli, se manifestó, un poco más exasperada, hablando de los "asesinos", "delincuentes", "mal nacidos", y le exigió a los gobernantes que empiecen a bregar seriamente por la seguridad de los ciudadanos.
A continuación, casi como sí fuera una cadena nacional, Jorge Rial tomó la posta y se animó a decir que ahora los famosos se han convertido en traductores de la gente.
Y Valeria Lynch tomó ese guante y confesó que tiene miedo y que añora los tiempos en que se vivía mejor. Luego le llegó la hora a Georgina Barbarrosa quien, encendida por un asalto reciente dijo: "Que no nos digan más que hay sensación de inseguridad, ésto es una realidad".
Después se unió Joaquín Pimpinela pidiendo educación, su hermana sugiriendo revisar las leyes y culminó Nito Artaza instando a la población a desarmarse para no generar más violencia.
No obstante, la cadena no terminó. Ahora parece que la Legrand quiere convocar a una marcha y que el resto de sus colegas se seguirán manifestando.