Más de 1,6 millón de personas pidieron entradas a través de internet para la ceremonia fúnebre de Michael Jackson que tendrá lugar el martes en el Staples Center de Los Angeles. El problema es que el lugar tiene espacio para 11.000 personas, más otros 6.500 tickets que se venderán para una transmisión en simultáneo en el Nokia Theatre. La definición de quien tendrá entradas se resolvía ayer por sorteo. Los ganadores recibieron un código e instrucciones para presentarse el lunes a retirar sus entradas y llevarse una pulsera identificatoria.
Sin embargo, la policía teme que muchísima más gente se acerque a la zona -se habla de 700 mil personas- y se están ya tomando medidas de seguridad. Las autoridades de California le han pedido a la gente sin entradas que no se acerque a la zona y que vea la transmisión televisiva.
En tanto, la investigación sobre la muerte se está focalizando cada vez más en el rol que han tenido los cinco doctores que prescribieron a Jackson distintos tipos de drogas. Las autoridades sacaron del lugar del hecho toda la evidencia médica y están tratando de determinar qué rol tuvo en la muerte del cantante un muy poderoso sedante llamado Diprivan, que se usa por anestesistas y no es algo usual de encontrar en casas particulares. "Es una droga muy peligrosa si no se sabe administrar bien", dujo Ethan Bryson, profesor de anestesiología en Mt. Sinai School of Medicine en New York. Jackson, aparentemente, la tomaba para poder dormir ya que tenía severos problemas de insomnio.
Por el lado musical, los discos de Jackson se siguen vendiendo de forma increíble. En la semana que cerró el 28 de junio (sólo tres días después de su muerte) se vendieron en los Estados Unidos 422 mil álbumes del cantante, contra 10 mil que se habían vendido la semana anterior. Y los diez primeros lugares de ventas en las tiendas online Amazon son todos de discos de Jackson. En internet, en tanto, se vendieron 2,6 millones de canciones. Y en las tiendas ya están agotados.
En tanto, Madonna - colega generacional y en popularidad- hizo su tributo a Jackson en un show en el mismo escenario en que se esperaba el regreso del cantante: el O2 Arena de Londres. En un concierto que tuvo lugar el sábado a la noche, la cantante y un imitador de Jackson hicieron pasos de baile típicos del creador de Thriller.
Una foto de un muy joven Jackson apareció detrás del escenario mientras Madonna interpretaba su tema Holiday y, con el acompañamiento del imitador (que bailó pero no cantó), la música cambió a Wanna Be Starting Something, tema del disco Off the Wall. Al terminar el tema, Madonna dijo al público: "Les pido una fuerte ovación para uno de los más grandes artistas que el mundo jamás conoció" y la multitud estalló en aplausos.