Todo, pero todo en serio, está revuelto en este querido fútbol argentino. Hay inestabilidad arriba, saludables resurrecciones en el medio y desilusiones en la cola, con cinco fechas finales que prometen gambetear cuanta lógica se ponga adelante. ¿Alguien se anima a hacer un pronóstico? Imposible. Si Tigre, el sorprendente Tigre, se baja solito de la punta por un inocente descuido a nada del cierre. ¿Y San Lorenzo? Otro que la traspira de lo lindo: lo salvó Bergessio, cuando los jujeños ya disfrutaban del empate. Ni hablar Boca, que termina con la lengua afuera y se sostiene en lo alto (ah, también sobre la hora) por un exquisito tiro libre de Riquelme. Hay más, en medio de tanta locura. River se ubica último y a su técnico, Diego Simeone, en su triste adiós, lo despiden como si fuera San Martín, después de remontar un 0-3 ante Huracán en el Monumental. Raro, sólo faltó pedirle de rodillas que revea su indeclinable renuncia. Hasta Racing, el de las pálidas eternas, confunde y a la vez emociona, entregando actuaciones que desatan ilusiones a granel entre sus eternos feligreses. Sí señores, el campeonato está patas para arriba.
"Al fin solos", titula Clarín su Deportivo, en este mano a mano hacia el título que parecen encarar San Lorenzo y Boca. Un escaloncito abajo se cuela Tigre, que el sábado en Santa Fe regaló dos puntos muy valiosos. El fixture, por lo pronto, dice que a los de Boedo los espera: Newell s (V), Lanús (L), Huracán (V), Independiente (L) y Argentinos (V). Riquelme y compañía se deben cruzar con Vélez (L), San Martín de Tucumán (V), Racing (L), Gimnasia LP (V) y Colón (L). Mientras que los de Victoria tienen por delante a Godoy Cruz (L), Estudiantes (V), River (L), Central (V) y Banfield (L). ¿Quién la tiene más fácil? Parejito, parejito. Por lo pronto, no habrá enfrentamientos entre ellos, algo que refuerza las chances de los dos líderes actuales.
Especulaciones al margen, brota una verdad a gritos: en todos los extremos, salvo excepciones como el ascendente Racing, se juega cada vez peor. San Lorenzo pasó de un arranque demoledor a un presente lleno de sufrimiento; Boca es un sube y baja que sólo se enchufa en el momento en que toman aire sus pibes o si Riquelme, a pura clase personal, le abre partidos imposibles; Tigre, pobre, hace lo que puede para sostenerse arriba... ¿Qué decir del resto? Independiente es la bandera del desencanto, lo mismo Central. River, por ejemplo, en 14 fechas sumó apenas 10 puntos: ganó 1 partido, empató 7 y perdió 6. Ultimo solo, en una de sus peores campañas de todos los tiempos. Aunque no parezca, todavía es el actual campeón y de buenas a primeras quedó a la deriva, sin técnico y, para ahondar su estado, sin un objetivo a corto plazo.
Un médico, por favor. O eventualmente un psicólogo. El Apertura 2008 lo necesita cuanto antes.